_______ se despertó al día siguiente con la mente y las ideas claras. Tras poner la fotografía en la mesilla de noche, cogió algo de dinero de la caja y volvió a colocarle la tapa. La deslizó bajo la cama. Era un escondite ridículo, pero eso carecía de importancia en aquellas circunstancias.
Era el único efecto secundario positivo de perderlo todo: ya no podían arrebatarle nada valioso. Eso la hacía sentirse temeraria y libre. Sin embargo una voz seguía alertándola en el fondo de su mente:
Siempre hay algo que perder.
Para cuando se hubo vestido y estuvo lista para salir de su habitación, ya era pasado mediodía. Pensó en posponer el plan hasta la mañana siguiente. Sería más fácil escabullirse de la casa antes de que saliera el sol. Pero enseguida descartó la idea. Cada segundo contaba, y no podría prepararse para lo que estaba por venir hasta que no llevase a buen término lo que había decidido.
Abrió la puerta con cautela y echó un vistazo al pasillo antes de salir de su cuarto. Llegar hasta la escalera no era difícil.
Recordó el recorrido: Izquierda, derecha, derecha.
Llegó sin problemas. No resultaba fácil pasar inadvertida en mitad del rellano. Si hubiese habido alguien en la entrada, la habrían pillado. Pero el recibidor estaba vacío, silencioso como una tumba. Bajó las escaleras con ligereza, afortunadamente la madera estaba cuidada y los escalones no crujían.
Ya tenía la mano en el pomo de la puerta cuando escuchó a alguien aclararse la garganta a sus espaldas.
-¿Vas a alguna parte?
Dejando escapar un suspiro, se dio la vuelta para encontrar a Harry apoyado contra la barandilla. La contemplaba con una sonrisa cansada.
Ella se enderezó un poco.
-Lo cierto es que tengo que hacer un recado.
-¿Un recado?
-Sí. Un recado personal.
Él se incorporó y fue tranquilamente hacia ella.
-Se acabaron los recados personales. Ya no más. No para ti.
Se puso pálida de la impresión.
-Solo porque ambos nos encontremos en esta... esta situación poco corriente, eso
no te da derecho a actuar como mi padre.
Él inclinó la cabeza, una débil sonrisa jugueteaba en sus labios.
-No estoy tratando de intimidarte, _______. De verdad.
Ella asintió ante su tono de disculpa.
Él continuó.
-Es por tu propia seguridad. Anoche ya viste en la calle a los espectros. Ellos son
la menor de las amenazas que nos acechan.
_______ no pudo rebatir su razonamiento, aunque eso no variaba sus planes.
-Pero tengo que hacer un recado.
-Y yo estaré encantado de acompañarte.
Había cierta terquedad en su tono. Algo que la hizo pensar si Harry era realmente tan dócil como aparentaba.
Ella sonrió.
-Aún no sabes de qué se trata. Cuando lo averigües, puede que cambies de opinión.
-¿No me puedes dar más detalles sobre nuestro destino? -preguntó Harry.
_______ sabía a dónde iba, y lo conducía entre las mujeres adineradas que salían a tomar el té y las jóvenes damas que paseaban con sus pretendientes.
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Tentación de Ángeles (Harry y tú)
FanfictionUn destino inmortal. Un amor prohibido. Una elección imposible. (Adaptación de la historia de Michelle Zink)