Entraron en la gran sala abierta que _______ recordaba de dos noches atrás. El orbe giraba penosamente en el aire, las azules aguas del Atlántico se rizaban al pasar ante ellos. Edward y Harry estaban observando a Galizur trabajar con varios instrumentos y herramientas encima de una gran mesa. Curiosamente, había una fila de melones alineada cuidadosamente en uno de los bordes.
Galizur se volvió al oír el ruido de sus pisadas.
-¡Ah! Sois vosotras. Llegáis justo a tiempo para la demostración.
-¿Qué demostración? -preguntó _______ mientras Anna se dedicaba a servir té.
-He estado trabajando en una solución para el tamaño del glaive. -Galizur bajó la
vista hasta las armas con forma de cayado que pendían de los cintos de los hermanos. Tendió una mano-. ¿Me dejáis?
Edward se volvió a mirar a Harry, quien suspiró y cogió su glaive. Se lo entregó a Galizur tras un breve vistazo a su hermano.
Galizur le dio la vuelta en su mano.
-Habría que modernizarlo. -Lo depositó sobre su mesa de trabajo, cogiendo de esta una delgada varilla-. Prueba con este.
Era significativamente más corto que el glaive que Harry había entregado a Galizur.
-No tengo muy claro cómo me voy a poder defender con esto -dijo Harry, cogiéndolo.
-Ábrelo con tu mente -dijo Galizur-, lo mismo que haces para atraer tu glaive. Harry la contempló un momento antes de apartarla de su cuerpo. Su rostro se relajó por completo y el colgante que llevaba al cuello empezó a brillar. Un segundo después la varilla que tenía en la mano se abrió hasta tener el mismo tamaño que el glaive que se había traído de casa. Los ojos de Harry se iluminaron asombrados, mientras lo levantaba, inspeccionando el extremo, puntiagudo y afilado.
Edward le cogió el glaive a su hermano y deslizó su mano por la empuñadura antes de devolvérselo a Galizur.
-¿Cómo lo has hecho?
Una sonrisa asomó a los labios del anciano.
-Creé piezas plegables para la carcasa exterior y las mecanicé de manera que baste
con vuestro poder para abrirlas, lo mismo que ahora sois capaces de desplegar con vuestro poder las cuchillas interiores de vuestro glaive.
-¿Y qué hay de las cuchillas del interior? -preguntó Edward.
Galizur cogió uno de los melones que tenía detrás, encima de la mesa.
Lo puso en el suelo, cogiendo el nuevo glaive de manos de Edward y levantando una
mano en señal de advertencia.
-Echaos atrás.
Estaban retrocediendo cuando Galizur clavó la punta del glaive en el melón. Un segundo más tarde, reventó en pedazos, y una metralla de jugo anaranjado salpicó suelo y paredes.
Harry apartó rápidamente la vista del espectáculo, mirando a Galizur con admiración.
-¡Increíble! ¿Activa por sí solo las cuchillas internas?
-Es sensible a la presión -explicó Galizur-. Una vez alojado en la carne del enemigo, las cuchillas se pliegan solas.
-Espere un minuto. -_______ estaba contemplando el melón, que ahora estaba desprendiéndose de la pared-. ¿Quiere decir que eso es lo que el glaive le hará a aquel contra quien se use? ¿Que lo... despedazará? -Volvió la vista hacia Harry.
ESTÁS LEYENDO
Tentación de Ángeles (Harry y tú)
FanfictionUn destino inmortal. Un amor prohibido. Una elección imposible. (Adaptación de la historia de Michelle Zink)