Acababan de dar las cinco en punto y la tarde estaba tan gris como siempre. _______ no sabía cuánta luz haría falta para saltar, aunque no parecía recomendable intentar hacerlo bajo la escasa luz de la lámpara de la mesa. Especialmente habiendo saltado solo una vez ella sola, y eso con ayuda de Harry.
Tenía menos de cuatro horas para hacer lo que había decidido. A las nueve Harry ya la estaría esperando en el pasillo, junto a la puerta de su dormitorio.
Esperaba que cuatro horas fueran suficientes.
Tenía que ir a ver a Galizur. Después de la marcha de Raum, había estado recordando todo cuanto Harry le había explicado acerca de los saltos, y esperaba tener suerte.
Cuando por fin se encendieron las farolas, la noche ya empezaba a descender, esperando su turno para apoderarse de Londres. _______ aguardó a que las calles se despejaran antes de poner un pie en el alféizar de la ventana. No lo habría intentado de no haber visto antes cómo Raum lo usaba con el mismo propósito. Si él podía hacerlo, ella también.
No era casual que la ventana diese a la casa de al lado y no a la calle. Obviamente Raum había escogido el punto de entrada -y salida- por su discreta ubicación. _______ lo agradeció cuando pasó por encima del alféizar y sacó ambas piernas. Era demasiado tarde para cambiar de idea. Se quedó allí sentada un momento con las piernas colgando, tratando de calmar el inquieto galope de su corazón. Luego se agarró del marco con las dos manos y se atrevió a mirar abajo.
Al momento se dio cuenta del método de Raum. Una historiada moldura de piedra, de al menos seis pulgadas de grosor, parecía recorrer el edificio, justo por debajo del alféizar. Hizo memoria, imaginando la fachada de la casa como si estuviese delante de ella la primera noche de su llegada. La vio tan clara como si la tuviera delante en ese mismo momento. Y sí, encima de la puerta principal, había una marquesina de piedra o mármol artísticamente decorada.
Si se desplazaba a lo largo de la moldura de la fachada, podría sujetarse en la parte superior del saliente y descender hasta el punto desde el cual podría soltarse y aterrizar de pie.
O al menos eso esperaba.
Le ponía nerviosa intentar tal hazaña donde algún transeúnte pudiera levantar la vista y verla allí colgada, como un vulgar ladrón. Pero Raum lo había hecho, y ella haría lo mismo.
Deslizándose con cuidado fuera del alféizar, se movió despacio hasta que sus pies fueron a posarse sobre algo sólido. Por un terrorífico instante, se quedó colgada por los codos, doblada hacia atrás en un ángulo casi doloroso, mientras trataba de calcular lo sólido que era el lugar donde estaban sus pies. No tuvo tiempo de dudar, los brazos empezaron a temblarle y se soltó. Se mantuvo pegada a la fría piedra mientras se obligaba a respirar con calma. Cuanto antes llegara a la fachada delantera, antes podría volver a pisar suelo firme.
Se desplazó sobre la repisa con la espalda pegada al edificio, y se detuvo un minuto al llegar a la esquina. Allí la moldura era más ancha, una cornisa en forma de voluta insertada en la misma esquina del edificio. Tuvo ocasión de recuperar el aliento, y asomó la cabeza para mirar a la puerta principal y calcular la distancia. A Dios gracias, cada vez era menor.
Cuando por fin alcanzó la decorativa moldura que coronaba la imponente puerta,
solo dedicó unos pocos segundos a trazar una estrategia. El suelo estaba a unos ocho pies por debajo. No tan cerca como había esperado, pero tendría que hacerlo.
Agarrándose a la parte superior de la moldura, fue bajando hasta quedar con el vientre pegado a un lado del saliente. Se deslizó más deprisa de lo que esperaba, y soltó un pequeño chillido al tratar inútilmente de ralentizar el descenso.
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Tentación de Ángeles (Harry y tú)
FanfictionUn destino inmortal. Un amor prohibido. Una elección imposible. (Adaptación de la historia de Michelle Zink)