TREINTA Y DOS

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-No me gusta mucho la idea de que Raum entré en tu cuarto, a pesar de que ya haya estado aquí antes. O tal vez por eso.

La voz de Harry le llegó desde una esquina de la habitación. Estaba sentado entre las sombras, sin intención de impedir una posible visita de Raum, pero poco dispuesto a dejar a _______ a solas con él.

Y a pesar de que el tono de voz de Harry tenía cierto humor, probablemente como deferencia a ella, _______ no era capaz de esbozar siquiera una sonrisa. No podía quitarse de la cabeza la imagen de Anna. Aun ahora, era imposible escapar a la desolación que había en los ojos de la muchacha cuando cubrió con una manta el rostro de su padre y mandó recado de su muerte a los Dictata.

-Lo siento -dijo _______-. Por todo.

-_______. -La voz de Harry era una caricia bajo la suave luz del fuego-. No tienes nada de qué disculparte. Anna tenía razón. Galizur sabía los riesgos que corría. Nuestra tarea es arriesgada. Todo el que nos ayuda, comparte también el peligro que corremos. No es un secreto, ni para ellos ni para nosotros.

-Aun así -dijo ella en voz baja-. ¿Qué va a hacer Anna sin Galizur?

-Lo mismo que todos. -Su voz estaba teñida de una profunda tristeza-. Continuar con la tarea a la que entregaron su vida nuestros padres. ¿No es eso lo que ellos hubieran querido?

_______ pensó en sus padres. En los ojos sonrientes de su padre. En su paciencia para enseñarle esgrima, equitación y tiro con arco. En las suaves manos de su madre y las muchas palabras sabias repartidas en pequeños paquetes que _______ podía abrir siempre que lo necesitara.

Como si su madre supiera desde mucho antes que no estaría aquí para ofrecérselas en persona.

_______ pensó en ambos y supo que Harry tenía razón. Ellos querrían verla luchar. Librar al mundo de Alastor y ocupar su lugar entre los Guardianes. Mantener el orbe -y el mundo que representaba- girando hasta que los Guardianes fueran sustituidos.

-Tienes razón, por supuesto. -Se dirigió hacia el rincón en sombras-. Es lo que ellos querrían. Y sé que Galizur también lo querría así.

-Y nosotros nos encargaremos de que así sea. -Hubo una pausa en la que el único sonido era el crepitar del fuego-. Deberías dormir mientras puedas. Yo estaré alerta por si él... por si Raum aparece.

Sus sentimientos por Harry se hicieron más profundos al notar lo que le costaba pronunciar ese nombre. No le gustaba hablar de Raum. Le disgustaba mencionarlo o asumir la idea de que entraría en su casa. No quería a Raum en aquella habitación en mitad de la noche. Pero lo permitía por la misma razón que le permitía a Edward tomar el mando. Los amaba. _______ se daba cuenta de ello ahora. Harry amaba a su hermano.

Y la amaba a ella.

No era un amor egoísta o lleno de orgullo o dominante o lleno de expectativas.

Era simplemente amor. Y supo ahora que sucediera lo que sucediera, ella también lo
amaba. Lucharía por protegerlo y hasta moriría si fuese necesario.

-¿Harry? -lo llamó desde el otro extremo de la habitación

-¿Sí?

-Te has convertido en mi amigo, y te amo. -Era cierto y justo, lo cual le facilitaba decirlo en voz alta.

Ella notó su sorpresa por su honda inspiración.

-Y yo a ti, _______. Creo que te he amado desde el momento en que pusiste el pie en mi puerta. -Hizo una pausa-. Pero ahora, debo insistir en que duermas. Cuando te despiertes mi amor seguirá estando aquí.

Tentación de Ángeles (Harry y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora