VEINTE

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-Saltemos -dijo Edward, bajando por la escalinata de casa de Galizur-. No estoy ahora para que nos ataquen los espectros.

_______ hizo acopio de valor antes de hablar.

-Esta vez me gustaría hacerlo yo sola. -Disparó las palabras a su espalda, tratando de proyectar su voz de modo que no revelase el miedo que corría por sus venas.

Edward se dio la vuelta.

-¿Que te gustaría hacer qué? -dijo, entrecerrando los ojos-. ¿Saltar?

Ella asintió.

-Sí, pero... Bueno, nunca lo has hecho -objetó Harry.

_______ sonrió.

-Está claro que no. Aunque creo que puedo hacerlo.

-Saltar es complicado -dijo Harry-. Complicado y peligroso.

_______ cruzó los brazos por delante del pecho.

-Tú puedes hacerlo y no eres mucho mayor que yo. Tienes que haber aprendido

recientemente.

Él se enderezó un poco.

-La verdad es que lo hice más pronto que la mayoría. Las circunstancias me obligaron a aprender muchas cosas antes de la edad de la Iluminación.

-Cierto. -La risa de Edward estalló en el aire de la noche. Le dio una palmadita a su hermano en el hombro-. Llevas saltando nueve meses, hermano.

Ella alzó las cejas en dirección a Harry, tratando de reprimir una sonrisa triunfante.

-Si tú puedes hacerlo, yo también.

-Tiene razón. -Edward avanzó para ponerse bajo la luz antes de que Harry

pudiera responder-. Enséñale. Os veré a los dos en la casa.

Un instante después, desapareció.

Harry se volvió hacia ella, refunfuñando.

-No me importa saltar contigo. Y es mucho más seguro que tratar de enseñarte en

estas circunstancias.

Ella se dio cuenta de pronto de por qué Harry no quería que saltase sola. Se

preocupaba por su seguridad, como acababa de decir, pero había algo más, y ahora sabía de qué se trataba.

-Solo estoy tratando de cumplir con mi parte. No quiero ser un lastre. -Le tendió las manos, sonriendo-. E imagino que aún tendré que mantener el contacto contigo mientras esté aprendiendo. Al menos al principio.

Él contempló sus manos unidas antes de volver la vista hacia ella y sonrió.

-Durante el aprendizaje sería, ejem..., prudente mantener contacto físico, eso es cierto. Y la atrajo bajo la luz de la farola.

A _______ le parecía que no era fruto de su imaginación el que él se hubiera acercado más de lo necesario para darle las explicaciones.

-Lo más importante a la hora de saltar -dijo él-, es saber que puedes hacerlo. No pensar o esperar que puedes hacerlo, sino saber que puedes. Has nacido con esa habilidad, lo mismo que todos nosotros, y en cualquier caso tendrías que aprender dentro de poco.

-Exacto. -Ella asintió, murmurando para sí misma-. Puedo hacerlo. He nacido para hacer esto.

-Te ayudará cerrar los ojos, pero no lo hagas aún. Solo escucha -la instruyó-.

Tentación de Ángeles (Harry y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora