-¿Qué es todo esto? -exclamó _______, levantando un artilugio de metal en forma de espiral, que luego añadió al montón de encima de la mesa de trabajo.
Se encontraban en el laboratorio de Galizur, rebuscando entre montones de papeles y cajas llenas de piezas metálicas. Después de discutir un rato, habían acordado ver si había algo que pudiera servirles para luchar. Aquella noche iban a ir a la finca de Alastor. Sabían que era una misión difícil, pero no les quedaba otra opción.
La cumbre se celebraba al día siguiente.
La negativa de Raum a ayudarlos aún escocía. _______ estaba tan segura. Pero al final, resultó que ella tampoco le importaba. La vería morir a manos de Alastor antes de arriesgar su propia vida para salvarla.
-Padre siempre estaba trabajando en nuevos artilugios -dijo Anna desde el otro lado de la sala-. Me temo que me va a llevar mucho tiempo ponerme al día.
A pesar de que Edward le había implorado que descansase, Anna insistió en que ya se afligiría más adelante. De momento lo que necesitaba era mantenerse activa. Contribuir a la causa que había costado la vida a su padre.
-Deberíamos coger los glaives nuevos. -Edward sostuvo una de las pequeñas varas a la luz. Al momento se desplegó la lanza que _______ recordaba haber visto en su segunda visita a Galizur. Edward continuó-. Sé que aparte del experimento con los melones aquí en el laboratorio, no han sido probados, pero a mí me parece que funcionan bien.
-Yo estoy totalmente a favor -dijo Harry-. Glaives, hoces... ¿qué más?
-¿Qué tal unos dardos nuevos? -Anna se levantó de su silla frente a la mesa y le mostró algo a _______.
-Pero... -_______ bajó la vista, sorprendida de ver un puñado de dardos metidos dentro de una pequeña bolsa de cuero. A sus ojos, al menos, parecían idénticos a los que había fabricado Galizur-. Pensaba que solo había cinco.
-Había cinco dardos terminados -aclaró Anna-. Pero había unos cuantos más que simplemente necesitaban unos ajustes. Ahora deberían funcionar bien. Te doy de más solo por si acaso.
_______ contó diez.
-Déjame uno de esos... -dijo Edward, alargando una mano hacia los dardos.
Anna le apartó el brazo y cerró la bolsa para entregársela a _______.
-________ ya ha hecho un buen trabajo con ellos antes.
Ella se quedó mirando la bolsa que le tendía Anna. No había hecho un buen trabajo.
En absoluto. Pero ofreciéndoselos, su amiga la estaba demostrando su perdón.
-Gracias. -Tomó los dardos. Miró a Anna a los ojos y supo que la muchacha la
entendía.
-Pues muy bien. -Edward echó una ojeada a su alrededor-. ¿Y qué hay del
fuego? ¿No estaba trabajando tu padre en un arma que lanzaba fuego?
Anna sacudió la cabeza.
-No va a funcionar. No con Alastor. Es un demonio, una criatura de fuego. Y aunque puedas defenderte de él con la hoz y el glaive, no te servirán para destruirlo.
Harry la miró atónito.
-¿Qué quieres decir? El glaive es el único medio para acabar con las criaturas de otros mundos.
-Espectros, sí -dijo Anna-. Incluso demonios menores. Pero no a Alastor. A un
demonio con ese poder, como mucho puedes enviarlo de vuelta al lugar de donde vino. A través de los tiempos han conseguido expulsarlo de cuando en cuando, pero jamás han podido destruirlo.
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Tentación de Ángeles (Harry y tú)
FanfictionUn destino inmortal. Un amor prohibido. Una elección imposible. (Adaptación de la historia de Michelle Zink)