-Como estas? -La primera en abordarla fue Michiru mientras la guiaba a un sofá a lado de Mamoru, viendo disimuladamente los celos de uno de los jóvenes invitados.
-Yo... Estoy bien, solo un poco aturdida. -Los miro a todos y noto a Yaten y Makoto, les sonrió feliz y volvió la mirada a su prometido algo incómoda, este le tomó la mano en un acto de arreglar su desliz anterior, la miro y noto esos ojos celestes llenarse de incredulidad y creyó que sería como siempre que Usagi se le tiraría encima y todo estaría bien.
Para Seiya era un calvario verlos juntos, pero estaba decidido a ayudar y ser masoquista por seguir ahí a pesar de no ser correspondido, pero pronto se lleno de felicidad al ver a la rubia soltarse de la mano y pararse del sillón.
-Tengo que regresar a la normalidad. -Miro su espalda y las alas del traje no estaban afortunadamente pero aun así era demasiado ostentoso para andar en la calle. -Se ven cansados, creo que hay que descansar.
Muy sutilmente quería estar sin las exteriores.
-Primeramente, estos sujetos deben irse. -Haruka hablo.
-No. Ellos ayudaron, quedamos en amistad la última vez que nos vimos.
-Han regresado, deberíamos recibirlos con gusto. -Por primera vez defendió Rei.
-Todos paren. Setsuna tiene algo importante que decir. -Mamoru quería dejar de sentir cierta molestia en ver a cierto chico que miraba demasiado a Usagi. -Por favor.
La aludida tomo de su vaso de agua calmadamente. -La puerta se cerró. Cuando Rei Hino dijo sobre ese ente, simplemente me saco y cerró, no se que estará pasando. -Los miro y se detuvo en Mamoru, aquel hombre que siempre vio desde lejos y admiro, no pudo evitar que sus mejillas se tiñeran rosas al momento de que le devolviera la mirada.
-Entonces, mi espejo no ve absolutamente nada, el fuego sagrado tiene poca visibilidad y las puertas del tiempo se han cerrado. Genial. -Michiru pocas veces se frustraba y el día de hoy era de esas veces en la cual no podía tener un control o algo que le ayudará a saber que pasaba.
-Calma, amor. -La abrazo Haruka.
-Mamá, el enemigo es fuerte, ese ser ni siquiera era el verdadero ser, solo era una marioneta, nos midió y ya sabe que no somos nada contra él.
El discurso de la más joven hizo que todos guardarán silencio llenos de pesar, ella tenía toda la razón, si usaban a Usagi tanto, sabían que ella podría morir.
Después de unas discusiones más, todos fueron dejando el pequeño departamento, Usagi se quedaría con su amiga, no insistieron más en llevarla con su prometido y le dijo a su madre donde estaría.
-Chicos, donde se quedarán? -Pregunto la anfitriona.
-Buscaremos algo, aun no nos hemos instalado. -Taiki miro a su hermanos con algo de pesar. -No pude encontrar nada, estaba en eso cuando atacaron.
-Vamos a buscar. -Un tajante Yaten hablo.
-Quédense, cabremos todos y mañana buscan un lugar.
-Por que no se cambia de ropa Usagi y ya? -Pregunto el castaño.
-Explica mi cabello blanco y brilla. -Dijo divertida la princesa.
Todos rieron por la banal explicación y aceptaron la oferta.
Ya más noche todos estaban recogiendo lo de la cena y Minako de acercó al oji-verde.
-Oyes... Gracias por salvarme. -Los estaban solos en la sala mientras que los otros tres recogían y limpiaban.
-Mph. -Volteo hacia la foto de Minako con un chico alto. -Fue algo estúpido.
Se fue dejando a la chica triste y confundida, quería a su novio pero cuando vio a Healer y creyó perderla casi perdió la cordura. Miro la foto que veía su invitado y entendió que era un reproche y lo aceptaba.
-Dejen de jugar... -Un Taiki al borde de la histeria regañaba a su hermano y la princesa lunar que jugaban a tirarse a gua, hasta que un gran chorro le mojo la cara. -TIENEN QUE COMPORTARSE.
Los otros dos no pudieron más que romperse a risas.
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-Oye Usagi. -La habitación estaba oscura solo por unos pequeños destellos de luz por parte de la cabellera plateada.
-Si?
-Nunca has pensado que tomaste una decisión y estas con la persona equivocada?
La pregunta la hacia por ella, en ningún momento pensó en que afectaría a su mejor amiga, mientras pensaba en todo lo sucedía con Yaten y otra chica sintió su corazón partirse mientras pensaba en lo egoísta que pensaba su mente.
-No. -Mientras daba la espalda asunto amiga una lágrima silenciosa rodaba en su mejilla.
-Qué cosas digo si tu y Mamoru son una pareja destinada. -Reía mientras veía el techo.
-A veces no es tan fácil. -Era solo un débil quejido que su amiga no escucho. -Buenas noches Minako.
-Buenas noches.
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-No tienen idea. Esto es grande y esos tres vienen a intervenir.
-Calma Haruka, recuerda que debemos ser tolerantes. También podemos empeorar todo si intervenimos de más.
-Lo sé amor, pero estamos tan cerca de la boda. Del milenio de plata.
-Chicas. Sabemos que esto puede ser un problema pero más aún nuestro nuevo enemigo. -Setsuna era una persona calmada, ella no le importaba si venia Seiya Kou y cortejaba a su princesa, ella ya había visto ese futuro y sabia todo, mientras que siguiera el curso que ella misma se había esforzado a hacer, nada le molestaba, ya que el príncipe estaría solo y ella sería su único consuelo. Pero ese nuevo ser la molestaba, ya no podría confirmar que todo iba bien ni tampoco saber si algo saldría mal.
-Recuerden que ni siquiera yo pude hacer nada contra ese ser. -Hablo algo nerviosa Hotaru.
-No te preocupes, ya sabremos que hacer.
-Lo sé. Mamá Michiru, pero... Algo me dice que esto es peor de lo que habíamos creído.
-Yo también lo creo. -La violinista abrazo a la joven para consolarla, muchas veces daban por sentado que era la sailor más fuerte y olvidaban que también era una niña solamente.
-Vamos a dormir, mañana tendremos que empezar a buscar a ese intruso. -Haruka beso en la frente a la menor y se despidió de Setsuna mientras salia de la mano con su esposa.
-Vamos, pequeña. -Se llevó a Hotaru pero aun con la incertidumbre de que hacer con las puertas.
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Hola!! Gracias por leerme, me gusta saber si les agrada o si se pierden me ayudaría mucho.
Besos!!!
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No más
RomanceQuería sentirse libre y amar sin ninguna restricción, no tener un destino que cumplir.