Capítulo II

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Algo estaba mal, el fuego estaba inquieto pero se no mostraba nada, Rei Hino, a pesar de estar en una destacada escuela de administración por su padre, seguía la tradición de su abuelo y seguía siendo sacerdotisa del templo, nunca pensó que debía renunciar a lo que amaba por crecer en un habiente de negocios.
Un pequeño chasquido de la leña y sus ojos ubicaron rápidamente tres pequeñas luces, pero algo más, algo que se escondía de su visión.
-Esas tres luces, las recuerdo.
-Rei ven a comer. -El grito de su abuelo la saco de sus pensamientos, si tardaba seguro la regañaría y subiría y a pesar de verse aun igual que hace 5 años su salud había estado más delicada.
-Ya voy. -Dio un último vistazo y no vio nada,  salió del cuarto y el fuego se empezó a tornar negro y apagarse de súbito.
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-Minako tu recepción es aún muy lenta. -Gritaba un hombre joven mientras la veía con el seño fruncido.
-Lo siento. -Reía nerviosa la rubia mientras corría a su posición entre sus compañeras.
-Ya pueden retirarse, es todo por hoy.
Todas las jóvenes se iban riendo y platicando, el club de voleibol era un hobby de Minako Aino,  ya que para mantener la figura y buena forma como la actriz que era, aun no tenía papeles que no fueran relleno, pero no se rendía.
-Minako.
La chica giro feliz y abrazando a su novio. -Eres tan estricto, entrenador. -Lo tiro un poco hacia ella y lo beso de lleno. Tenía una relación de 8 meses con el joven,  se habían conocido mediante el club y se podría decir que desde entonces no se separaban.
-No tengo favoritismos. -Se rieron, entonces el castaño la miro a los ojos, le sacaba una cabeza así que tuvo que bajar la mirada castaña. -Te amo.
La rubia se paralizó un momento por la declaración,  cierto eran una pareja muy unida pero ella sentía que le faltaba algo no creía amarlo, le gustaba, lo quería pero...
-No me debes responder aún, Minako. -Le acarició la cabeza de forma juguetona y salieron del polivalente hacia los vestidores.
-Perdón, sabes que aun no estoy lista. -Susurro mientras entraba a cambiarse, era verdad, ella tenía heridas de viejos amores muy dentro de sí, y tenía a alguien que no podía olvidar, al principio lo odio por dejarla y pronto se puso en sus zapatos y sabia que haría todo por Usagi.
Saco su celular y los dedos volaron sobre la pantalla. "Tenemos que reunirnos, es una emergencia, chicas".  Su grupo de whatsapp y guardo el aparato, seguro sería en el Crown como de costumbre ya luego vería la hora, por lo pronto necesitaba convocar una junta urgente y saber que hacer con Kaito. Miro al techo haciendo un ademán de hablar con un ser en el cielo. -Sé que siempre pedía amor... Pero que hago.
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La tarde paso y ahora el Crown tenia una cafetería en el segundo piso para clientes que iba a relajarse, en una mesa había 5 chicas, una de estas hacia ademanes dramáticos mientras lloraba cataratas de lágrimas.
-No puedo creer que esto sea considero una emergencia. -Gritaba Rei mientras todas tenían una risa nerviosa.
-Claro que lo es, como tu estas comprometida con Nicolás, lo tienes todo fácil, en cambio, una tiene que hacer su luchita.
-Calma Minako, seguro te esperará, tampoco es como que te pueda terminar por eso. -Trato de tranquilizar Makoto.
-Hay estudios que dicen que si, que si no respondes al amor con la misma intensidad, tu pareja... -Todas taparon la boca de Amy mientras Minako tiraba el grito al cielo.
-Chicas, la casa invita. -Motoki llego con una tarta de fresas y todas la veían con amor.
-Gracias!
Makoto solo le tomó la mano y le dedicó una sonrisa cómplice,  sabía que era para tranquilizar a su amiga.
La comida paso tranquila, pero la guardiana de marte no quería ocultar nada.
-Chicas, pensaba que Minako había sentido algo fuera de lo normal, que por eso nos había reunido, -miro a cada una tranquila -si hay algo, un peligro, se esconde, el fuego sagrado me lo dice pero se oculta de mi visión. Algo o alguien viene y es escurridizo.
Todas quedaron el silencio,  si Michiru aun no les advertía, significaba que tampoco ella podía verlo.
-Debemos cuidar a Usagi. -Hablo Makoto mientras todas aceptaban menos la rubia.
-No tenemos la paz que tanto buscamos. -Hablo la rubia. -Por favor no me pongan como prioridad, tienen vidas, no podemos cambiar ritmo.
Estaba en lo cierto, ya sus vidas de sailors estaban en segundo plano, pero había sido por que Usagi les había dicho que no dejarán sus sueños a un lado.
-Te cuidaremos como siempre, pero seguiremos con nuestras vidas, si podemos. -Minako fue la optimista mientras todas se miraban con algo de dudas.
-Chicas... -La voz de Mamoru llego años oídos de la rubia y su piel se erizo, había olvidado que saldrían hoy.
-Hola -Un canto de todas mientras lo invitaban a sentarse a lado de su novia.
-Espero y no ser una molestia. -Sonrió para todas, ganándose una negación conjunta. Se inclinó un poco con su novia -me dejaste plantado. -Un susurro pequeño para que nadie más los escuchará solo la joven.
-Junta de emergencia.  -Dijo sin más y en voz clara, ganándose la preocupación del príncipe
-Sucede algo chicas? -Necesitaba saber y estar preparado.
-Aun no lo sabemos, en concreto, es algo escurridizo, no lo divisé. -Hablo la morena.
-Ya hablaron con kas exteriores?
-No, estábamos pensando en manejarlo nosotras. -Amy tenia un tinte de molestia en su tono, no le gustaba que pensaran que no podían con su misión.
-Lo sé, no dudo de ustedes, pero sería bueno estar todos enterados. -Saco su celular y tecleo rápido, todas miraban y al mismo tiempo sabían que todo se complicaría con las exteriores.
-A quien le dirás? -Pregunto la princesa de la luna.
-Tengo el numero de Setsuna.
Amy estaba en la misma facultad que Mamoru y sabia que tenía una relación muy estrecha de último semestre con la mujer, ella era la maestra de farmacología y aunque fueran en niveles avanzados,  se les veía por el campus frecuentemente.
-Vas a complicar todo. Les acabo de decir que sigan con su vida y que sólo estemos alerta, sabes que las exteriores se lo toman todo muy extremo. -Se quejaba Usagi.
-No lo entiendes, nuestras vidas siempre peligran, tenemos un futuro que cumplir, es nuestro deber...
Tardíamente se dio cuenta de sus palabras, viendo como su novia se paraba y sin mirarlos, salió del local.
-Qué acabas de decir? -La mirada acusadora de las chicas estaban sobre Chiba.
-No fue mi intención.
-Claro. -Susurro Minako mientras salia en busca de su amiga.
Saliendo del local divisó las coletas perderse en una calle y corrió detrás de ella.
Usagi no sabia si sentirse triste o aliviada, saber que eran dos personas que no sentían algo mutuo la llenaba de conflictos,  perdían el tiempo el uno con el otro y era algo trágico que sus vidas pasadas sufrieran para no estar juntas, no se fijo en el camino hasta sentir un choque y caer, levantó la vista mientras caía y entonces se encontró con una mirada zafiro. Su sorpresa fue tanta que quedo muda y el tiempo iba lento, antes de caer el chico la tomo en sus brazos y giro cayendo directo al suelo.
-SEIYA!

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