Jungkook cambió de posición con cuidado, tratando de quitar la presión que
sentía en su hombro sin molestar a Tae.
Él dormía entre sus brazos. Había permanecido allí durante horas, tan
cómodo como podía. Su rostro, mientras dormía, era dulce, juvenil, inocente y
completamente hermoso para él. Deslizó su dedo hacia abajo por su mejilla,
estudiando los delineados y suaves perfiles, preguntándose de qué estaba hecha
la belleza. Nunca, durante los miles de años que había vivido, lo había
comprendido. Independiente de lo que fuera, él lo tenía entre la espada y la
pared. Era cálido, terrenal y vibrante, a diferencia de la fría perfección de los
seres de su raza. Él era un ardiente otoño y truenos en primavera, mientras
que los Dioses eran un invierno gris que pasaba sin cesar.
Suspiró mientras dormía y se acurrucó más cerca, apoyando su mejilla
contra su pecho. Él comprendió lo que había motivado el repentino cambio en su
comportamiento, lo que había hecho que el tigre cayera agotado contra el
lobo. No era confianza, no, no de su pequeña fiera (aunque comenzaba a ver
algunos signos de deshielo); las circunstancias le habían conducido a sus brazos.
Hasta última hora de esa tarde Tae lo había percibido como su mayor amenaza.
Ahora había una mayor amenaza, y él se convirtió de repente en su único aliado.
No importaba la razón, le gustaba sentirlo suave y rindiéndose a su
fuerza. Inconsciente, vulnerable, confiado a su cuidado mientras su mente
vagaba en sueños. Le gustaba muchísimo. Lo suficiente, de hecho, para que a él,
que no tenía ninguna paciencia con la incomodidad física, no le importara
levantarse adolorido en cuanto Tae se despertara. Por suerte, la bala sólo lo
había rozado, no siendo una amenaza significativa para su cuerpo mortal.
Los Cazadores llevaban armas. Él se frotó la mandíbula y sacudió la
Cabeza, se había sentido furioso, consigo mismo.
Qué tonto había sido. Hace una semana, había pensado que su problema
más apremiante era un caso severo de frustración y aburrimiento. Entonces
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El Inmortal
FanfictionJeon Jungkook, un Dios de la corte celestial del Emperador de Jade, ha sido castigado de la peor forma posible para un Dios. Ha sido convertido en humano con una de las más potentes maldiciones: Nadie lo puede ver, oír o sentir. Kim Tae Hyung es un...