Taehyung no abandonó el dormitorio de Jungkook durante tres largos y
dichosos días con sus respectivas noches. Tres perfectos e increíbles días y
noches. Tae se abandonó completamente a él.
Oh, no hicieron amor el todo el tiempo, su cuerpo, delicado en
contraste con el suyo, no lo habría resistido.
Pero hay muchas formas para dar y recibir placer, y Jungkook era un maestro
en todas ellas. Pasaron horas en la ducha, bañándose perezosamente, explorando
sus cuerpos, saboreando y bromeando. Horas en las que Tae se deleitó con su
piel dorada y aterciopelada, sus notables músculos, y negro y sedoso pelo.
Más horas donde en las que estuvo tendido sobre una alfombra frente al fuego
mientras él le frotó con aceites de esencias, haciendo la traviesa comparación
entre él y un potro que había sido montado con demasiada fuerza.
Deslizándose a lo largo de Tae, montándole de nuevo. Frotándo otra
vez. Más baño, más juegos en la cama.
El único momento en que le dejaba era para traer comida. Fueron días y
noches de comer, dormir y sexo. Ningun hombre, decidió, había perdido su
"virginidad" de forma tan fantástica. Hubo largas horas donde Tae estuvo
precisamente como él había dicho que estaría: completamente saciado
incluso para moverse. Convencido de que probablemente nunca podría excitarlo
otra vez; y entonces, él lo excitaba en el parpadeo de un ojo, de su mirada
oscura, bajo unas pestañas oscuras e inclinadas cejas.
Se sentía como si se hubiese deslizado en algún mundo de cristal y
fuego, con esencia de brezo y emanaciones de erotismo. Aunque no lo había
notado al principio, demasiado perdido en la visión del oscuro y desnudo
hombre, finalmente se dio cuenta de que su recámara se llamaba la recamara de
cristal porque había esculturas de cristal de diversas bestias. Unicornios y
dragones, quimeras y fénix, águilas agrifadas y centauros bordados en los
manteles, en los lados de las mesas, y los cofres. Delicados prismas colgaban en
las ventanas, atrapando la luz del fuego y devolviéndola en brillantes destellos
de color.
Los espejos con marcos de plata adornados meticulosamente, pendían de
las paredes en medio de tapices preciosos, y el mobiliario oscuro de caoba,
bellamente tallado. Lujosas alfombras se extendían sobre el piso. La cama era
una obra de artesanía antigua, cubierta con sabanas satinadas, mullidas
almohadas, y una lujosa colcha de terciopelo negro. Lucía cuatro postes del
tamaño de pequeños árboles (postes a los cuales él había atado sus manos,
besándole y saboreándole, volviéndolo loco de necesidad).
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El Inmortal
FanfictionJeon Jungkook, un Dios de la corte celestial del Emperador de Jade, ha sido castigado de la peor forma posible para un Dios. Ha sido convertido en humano con una de las más potentes maldiciones: Nadie lo puede ver, oír o sentir. Kim Tae Hyung es un...