26: No tengo arrepentimientos. Ninguno

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El Emperador observó el lugar donde sólo unos momentos antes

había estado el último príncipe de los Jeon en su pabellón Real.

Jungkook ya se había marchado. Había regresado al reino de los humanos.

Suspiró, sintiéndose cansado hasta el fondo de su ser. Había discutido con él, lo

había tentado, lo había amenazado. Pero nada de lo que le dijo había tenido

éxito para influenciarlo.

―Esa es la sentencia que tú elegiste como castigo para Nam Joon por los

delitos que había cometido, Jungkook... ¿Y aun así la solicitas para ti mismo?―

Sí― ¡Sabes que la transformación no puede deshacerse! No puedo salvarte si

cambias de opinión. A diferencia de tus otras aventuras, no puede haber ningún

indulto de última hora― Lo comprendo.

― ¡Morirás, Jungkook! Una vida mortal – y nadie puede saber cuánto tiempo durará -

luego fallecerás ―

Lo sé ― No tienes alma. No te será posible seguir a tu Mediador cuando él

Muera ― Lo sé

― ¡Por Todos los Dioses de todos los Reinos! ¿Entonces, por qué?―

Había permanecido tan tranquilo ante él, tan sereno. Tan majestuoso y

hermoso y tan... El Emperador había intentado entenderlo pero estaba muy lejos de su

alcance

―No quiero vivir sin él, mi Rey. Lo amo― Hizo un elegante encogimiento

de hombros y continuó diciendo ―Más que a la vida misma―

Eso era tan completamente inconcebible para el Emperador que por un

momento había sido incapaz de comprender lo que le decía para poder

contestarle.

― Conviérteme en humano, mi Señor―

Mientras hacía una pausa, tratando de decidir si debía seguir

discutiendo, o simplemente encerrarlo en algún sitio "en el interior de una

montaña, o quizás en las profundidades del océano hasta que el mediador

llevara ya mucho tiempo fallecido", Jungkook se había arrodillado ante él, sin rastro

de su innata arrogancia y orgullo.

Su vanaglorioso, impetuoso y salvaje príncipe había inclinado la cabeza.

Humildemente. Y había dicho una palabra que el Emperador nunca había oído salir de

aquellos hermosos y sensuales labios, nunca en seis mil años:

―Por favor―

En ese momento, supo que lo había perdido.

Eso, ya que si él, hacía alguna otra cosa aparte de concederle su

petición, lo convertiría, —a su príncipe más favorecido— en su mayor enemigo.

No era que Jungkook pudiera causarle algún daño, considerando que él era más

poderoso (aunque, considerando lo imprevisible que Jungkook era, no estaba

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