Capítulo 17.- ¡Yo soy tu hombre... no lo olvides!

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Drustan MacKeltar tomó un trago de whisky escocés y echó un vistazo

alrededor de la mesa con una sonrisa satisfecha.

El año pasado los MacKeltars habían visto demasiado de todo. Y Dios así

lo quiera, ya hemos visto lo último de todo, pensó fervientemente.

Después de tantos acontecimientos calamitosos, la vida era pacífica y

dulce, todo lo que alguna vez había soñado y más. Él quería nada más que

sumergirse en los placeres simples para el resto de su vida. Como una comida

compartida con aquellos que amaba, ante un crujiente fuego hecho con haces de

fragante brezo.

Su mirada examinó rápidamente a sus compañeros de comedor: estaba

Gwen, su querida esposa, una brillante física, y madre radiante de sus preciosos

gemelos de dos meses, charlando alegremente con Chloe acerca de todas las

escuelas a las que sus niños podrían un día asistir.

Chloe, la querida esposa de su hermano, una experta en

antigüedades y brillante estudiosa. Acababan de saber la semana pasada que

pronto traerían más miembros al clan MacKeltar, y ella había estado

resplandeciente desde entonces, tal como lo había estado su marido, Dageus.

Dageus, era su gemelo, tres minutos más joven, y su mejor

amigo.

Habían pasado meses desde aquella noche en el Edificio Belthew, cuando

Dageus había combatido y derrotado a un grupo de cazadores, quienes

habían estado decididos a robar libros sagrados ¿Sabrá Dios con qué propósito?

Los ojos de Dageus estaban otra vez radiantes y claros, y estaba lleno de risas fáciles. Drustan no podía recordar haberlo visto alguna vez tan feliz.

Al principio, Dageus había hablado de construir su propio castillo en el

tercio norte de la propiedad de los MacKeltar, pero Drustan rápidamente había

acabado con tal tontería. Dageus había supervisado la construcción del castillo

de Drustan y Gwen - la fabulosa casa había sido una muestra de su amor hacia

ellos, y hecho a la medida en cada maravillosamente bien trabajado detalle -

contenía ciento veinte habitaciones. Había sido diseñado para el hogar de un

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