Capítulo 11: No dejaré que nadie te lastime

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Ya el día estaba avanzado cuando Tae divisó a un par de Dioses a los que

quiso acercarse. Durante la interminable espera él se había percatado que los

Dioses, ciertamente, lo miraban de vez en cuando. Muchos aparecieron a lo largo de todo el día. Pero dado que él estaba sentado allí sin hacer nada, la mayor parte de ellos se había

ido después de un corto rato. Tae supuso que él no era muy entretenido para ellos.

Finalmente, divisó a dos. Los escogió porque no eran tan cegadoramente

bellos como el resto, y él esperaba, del mismo modo que las personas, que los

menos atractivos no fueran tan... bueno, que fueran más accesibles.

Un macho y una hembra, rubios y de ojos brillantes, estaban de pie

cerca del banco donde Jungkook estaba sentado, sumergidos en su conversación. En

lugar de pasar sobre ellos, Tae resolvió unirse con él y ver qué pasaba.

¿Qué? ¿No has visto a ninguno? — le preguntó Jungkook, cuando se

acercó, en un tono demasiado alegre y encantador para ser él. Tae negó con la cabeza ante el estúpido pensamiento que estaba teniendo, diciéndose que el sol debía haberle cocido el cerebro durante la larga y tediosa tarde.

Ellos están justo allí —, le dijo bajo, señalándoles.

¿Dónde? —. Jungkook miró hacia dónde apuntaba y masculló una serie de

maldiciones. — Cristo, aún no puedo creer que no los pueda ver. ¿Ellos me están

mirando?

No por el momento. Y están allí —, le dijo, tratando de enfocar su

mirada, — De pie a aproximadamente cinco metros a tu izquierda, a menos de un par

del cubo de la basura —. Tae inspiró profundamente, forzándose a sí mismo a

acercarse a ellos, cuando repentinamente el Dios macho se volvió y lo miró.

Hola —, dijo Tae atentamente. — Me gustaría hablar con usted un

momento. Yo Necesito...Yo creo que "eso" nos ve, Ha In —, el Dios macho habló sobre Tae, con un ceja arrogantemente levantada.

¿Eso? pensó Tae, las ventanas de su nariz agitándose. ¿Le llamaba a

él eso? El nervio. La hiel implacable. Él era humano. Él tenía un alma. Eso no.

Si alguien era eso, entonces no era él.

Oh, esperen un segundo y volverán a ser superiores. Estoy aquí sólo

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