Mi imbécil Uchiha. [SasuSaku]

Por favor Besame..

Sonreí de lado, el director iba a dar un anuncio y todos los alumnos tenían que presentarse en la explanada.

Obviamente es un estúpido anuncio que me vale, veía como todos corrían para llegar a la explanada, o si era tan lindo ver como yo iba en dirección contraria a la de ellos.

Los pasillos y los salones comenzaron a estar vacíos. Todo el maldito edificio estaba solo. Solo para mi.

¿Que debería hacer?, ¿Quemarlo?..

Mmm eso no suena nada mal..

Una sonrisa de medio lado se curvo en mis labios, me dirigía al salón para tener ahora si un momento de tranquilidad mientras todos están haya fuera debajo del pinche sol escuchando al maldito gordo que se cree político.

Por fin podría subir los pies en la mesa y....

-Hay maldita suerte.-

Mi sonrisa desapareció y la esperanza de tener un rato tranquilo murió.

Al abrir la puerta ese tonto niño estaba sentado donde le corresponde con una cara muy... triste.

Cierto ahora que recuerdo al Uchiha le ponen los cuernos. Hmp, bueno eso es algo que no es mi problema.

Parecía tan concentrado en su mundo que ni aun se da cuenta de mi presencia.

Oh maldita sea, quita esa cara por que a si me dan deseos de querer animarte estupido.

Ni por que arrastre mi silla al suelo para que reaccionaras no lo hiciste, estas tan pensativo que con tal solo verte me estas dando pereza.

Mierda, de alguna manera estoy odiando la cara que haces.

-Oye..-

Te hable y tu no pareciste escucharme. ¡Por favor no te pongas a pinches chillar!.

-Hey, despierta.-

Te tome del hombro, y como si fueras una máquina reaccionaste de inmediato a mi tacto, giraste tu cabeza buscando mis ojos. Y eso lograste.

-H-Haruno-san.-

Una risita se escapo de mis labios, ¿Por que te pongo nervioso cariño?. Verte ahora no es mas que un lindo recuerdo que tendré en mi mente.

Tu respiración de repente se volvió algo pesada, tus mejillas estaban sonrojadas, tus ojos onix me miraban intensamente y tus lindos labios estaban entre abiertos.

¿Que harías si pongo mis labios sobre los tuyos?.

Mis dos manos tomaron tus hombros, tu solo me veías como estúpido.

Te sorprendiste cuando me senté en tu regazo, no sabias que hacer y comenzaste a balbucear.

-Y-Yo, lo s-siento, ahora mi-mismo me qui.. to.-

-Callate.-

Fue lo que te dije, cuando tome con una mano tu cabello y lo jalé levemente hacia atrás para que me expusiera tu cuello.

Sabia que no te podrías negar, no sabias donde poner tus manos y ahora ya lo sabes, por que se encuentran reposando en mis caderas.

Comencé a repartirte besos por el cuello, tus manos comenzaron aferrarse a mi cintura, y soltabas suspiros ante mis besos.