Capítulo 15: Conocer.

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Tener miedo era algo común en las personas, el temor te hace valiente, pero a la vez te hace un cobarde.

Las personas en la habitación intercambiaban miradas, esperando la llegada de dos personas que faltaban. El miedo les recorría el cuerpo, perder a una persona que tardaron tiempo en encontrar sería algo desagradable. Al escuchar la puerta principal abrirse sus miedos se fueron por un momento, pero al darse cuenta que (T/N) no estaba con los recién llegados hizo automáticamente que su miedo volviera y aumentara.

- ¿Dónde está? ¿Por qué llegan solos? ¿acaso se quedó en la otra habitación? –Italia se había levantado bruscamente de su silla, y atacaba con más preguntas - ¿Por qué no responden? ¿Está bien? ¿Por qué me miran así? ¿Me van a decir dónde está?

- Italia... cálmate por favor –dijo el alemán menor mientras trataba de tranquilizar al italiano menor-.

- Italia... nos echó de su casa –dijo Hungría con un tono de voz triste, sus ojos verdes se veían apagados, no entendía por qué (T/N) los corrió así de su casa-.

- Lo sentimos –España tomo su lugar en la habitación, mientras los demás no lo dejaban de seguir con la mirada-.

- Entonces... ¿No solucionaron nada? –cuestiono Noruega-.

- No. Nada de nada –respondió Hungría- lo único que logramos fue que nos corriera de su casa, lo que no entiendo –dijo mientras tomaba su lugar en la habitación- cuando vio España un poco enojado comenzó a alejarse de él, como si conociera esa faceta de él.

- Bueno ¿Quién no tiene miedo de España enojado? –Bromeo Prusia-.

- No estamos para bromas – replico Turquía- esto es algo serio.

- ¿Puedo opinar? –con voz adormilada Grecia pregunto y al tener permiso siguió- ¿Sus ojos se apagaban?, lo pregunto por qué estos días su mirada estaba apagada, me recordaba los problemas que una vez tuve con una de mis oro. Recuerdo que actuaba diferente, me decía algunas veces que tenía miedo de encontrarse con otros países, que sabía que si se acercaban a ella la lastimarían, nunca entendí la razón de su miedo –un bostezo lo interrumpió y sus ojos comenzaron a pesarle- Ella tenía mucho miedo de España... también de Holanda... N-.

Todos miraron a los nombrados y después a Grecia que había caído en los brazos de Morfeo. Las naciones se levantaron y cada una se fue a su cuarto, a excepción de Grecia, que al trascurso de unas horas despertó.

- No podía explicarlo, solo me decía... vaya, se fueron. Esto es extraño –un gatito negro apareció enfrente de él y le saludo con un maullido- vaya me gustaría tener un poco de tu energía... pero supongo que... no me queda mucho –sonrió y se levantó para ir a su cuarto- espero que no despiertes tus miedos en (T/N) ... Atenea.

Los oros son como una droga, es necesario tenerlos, es alguien del cual no se desea separar, sabiendo que podría dañarte, sabiendo que en algún momento la droga te matara.

Peros los adictos a la droga pueden llegar a deshacerse de ella, todo por su bien, sin importar las consecuencias, porque la droga... la droga les quito muchas cosas, y a la droga hay que desecharla, sin importar las percusiones.

Unos ojos violetas veían la pequeña libreta que reposaba en la pequeña mesa de noche de su habitación, no sabía si tomar la y repasar todo lo escrito, todas sus teorías acerca del comportamiento de la peli (C/C). Desde que Francia le comento de la herida del brazo y que probablemente Kumiko fue quien la hirió, recordando las habilidades de los oro, y tratando de recordar a la suya.

Borrador (HetaliaxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora