Grecia me veía dulcemente, estábamos de nuevo en casa de Pep, él estaba tan débil como yo, puede que más.
- ¿Cómo estás?
- Eso debería preguntarte yo...
- Tranquila, estoy bien, al menos por ahora –su mano acaricio mi mejilla dándome un poco de tranquilidad-.
- No sé, no entiendo, ella me dice algo, luego veo otra cosa y luego... Luego me doy cuenta que les amo. Les amo mucho, pero me enloquecen.
- (T/N).
- Es lo que los países nos provocan a los oros, locura, ella lo dijo, Heracles yo, no estaré cuerda.
- Querida –ahora sus dos manos sostenían mis mejillas, su frente choco con la mía delicadamente, sus ojos... tan hermosos como un bosque en el cual me gustaría perderme, perderme sin más y probablemente del cual no me gustaría regresar me observaban-.
- Te escucho.
- La locura, el amor... ¿Qué está mal? El mundo tiene sus visiones y ambiciones, sus anhelos, mi territorio quiere liberarse de deudas, mi gente pelea entre ellas algunas veces, pero mira yo he enloquecido antes, todos lo hemos hecho, por lo mismo mi quería (T/N) no quiero que sufras, yo regresare a mi lugar, pero dame un poco de ti, solo un poco.
- Heracles. Yo.
- No digas nada, solo bésame si es que lo harás.
Sus palabras eran fuertes, sus manos soltaron mis mejillas, si era su deseo ¿podría hacerlo? ¿sería lo correcto?, sus labios ya han tocado los míos, respiro profundo, cierro mis ojos, me concentro, trato de buscar lo que mi otro yo piensa y lo único que puedo entender es <Son el enemigo>, son su enemigo, pero no el mío.
Veo a Heracles, tiene los ojos cerrados, esperando pacientemente, tomo aire y lo suelto, mis manos se mueven, no sé si tomar sus mejillas o entrelazar mis manos con las suyas o quizás jugar con su cabello. Tomo una de sus manos, él abre los ojos, le sonrió, estoy segura que es una sonrisa horrible, escucho su leve risa, siento un cosquilleo y empiezo a romper la distancia que nos separa, nuestros labios se unen, subo mi mano libre y acaricio sus cabellos, son suaves y agradables al tacto, sé que mi beso es torpe, no soy buena besando, pero parece no importarle a Heracles, simplemente sigue mis movimientos torpes, él no desea tomar el control, él ¿está bien que este así?, me separo lentamente de él, sus ojos siguen cerrados.
- Yo. Te daré lo que pueda darte.
- Entonces agradeceré debidamente.
- Heracles.
El sonido de <Toc, toc> nos distancio, Luna y Pep entraron al cuarto. Pep traía un vaso con agua y me lo entrego junto a unas pastillas.
- Tómalas quitan un poco el dolor... y, am... (T/N), perdón.
- Pep, ¿Por qué te disculpas?
- Desde que te conocí supe que eras diferente, y después supe que eras... un Oro.
- ¿Qué?
- Digamos que mi padre antes trabajaba en algo del gobierno, que conocí a nuestra representación y que cuando lleve ese collar que me diste él lo noto, me explico todo, digamos que tenía tiempo que lo sabía, pero... no lo quería creer, me explico que podía afectarte, pero repito, no creía en eso, tampoco le creía que era una representación de este territorio.
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Borrador (HetaliaxLectora)
FanfictionLa vida siempre es un borrador, te equivoca y tratas de borrarlo, pero sabes perfectamente que ese borrador te ayudara a mejorar tu historia, en esta vida nosotros somos los protagonistas, en esta vida yo, (T/N) (T/A) soy la protagonista. JA ME RIO...