Capítulo 27: Piezas II

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- Eran por territorios...

- Ja, ja, ja. ¿La has escuchado? ¿crees que es solo por eso?

- ...

- Es por nosotros... los oros.

- Eso no es posible.

- (T/N) Creo que tenemos que hablar adentro.

- Concuerdo con esa chica –dijo Miguel- vamos.

- ... Sí Miguel, como si la casa estuviera ordenada.

- La desordenamos ayer... era nuestra noche.

No sabía cómo ese chico seguía con sus bromas, pero lo importante aquí era saber más, el tener todas las piezas y armar el rompecabezas.

- Bien, (T/N) y... ¿(T/N)? ¿No? Ustedes comparten hasta el nombre.

- Ve al grano.

- Ok, ok. Como decía las guerras son por nosotros, al menos la mayoría de ellas, para que no me salgas con la guerra fría, ya que ahí fue asunto personal entre esos idiotas.

- Bueno, sigue.

- Pep hermoso, tráeme un poco de limonada.

- ¿Tengo cara de ser tu sirviente o qué?

- Lo eres querido.

- Ja –la cara de ira de Pepe era muy notoria, sé que hay amigos que se llevan tan bien como Pepe, Luna y yo, los cuales nos tratamos con mucho cariño y... están estos amigos que parece que se quieren matar-.

- Este tipo me agrada.

- Y tú a mi "Fantasmita".

- Tengo un nombre.

- Se pueden confundir, no veo que sean muy listas –dijo carcajeándose, recibiendo un jalón de oreja por parte de Pepe-.

- Iré por algo de tomar (T/N), espero que Miguel no diga más tonterías y vaya al grano.

- Somos dos.

- Estaba en que peleaban por nosotros –dijo aquel chico- es por eso que te dije que juegan sucio, a excepción del continente americano, por ello los países asiáticos y europeos sufren las consecuencias.

- ...

- Puedo explicarlo mejor si no entiendes –se acercó a mí y junto sus manos con las mías, acunándolas, me mostro una sonrisa tierna- el hechizo para que no existiéramos en exageración... solo afecta a las mujeres, los oros hombres no nos hacía nada, puedo tener recuerdos de algunos, como tú tienes recuerdos de oros que comparten una parte de tu esencia, tú eres parte de ellas, ¿quieres saber realmente la solución?, es una solución "fácil" en palabras.

- Quiero que todos estén bien.

- Yo también, aunque me quitaran a mi hermana.

- Bien, bien suéltala –dijo Pepe apartando al pelinegro de mi lado-.

- Claro, amor~ -canturreo Miguel-.

- Realmente son similares.

- Claro que lo somos –rio Miguel- a excepción de los ojos, Pepe tiene unos hermosos ojos negros y yo... son deliciosos, con un bellísimo color avellanado, pero eso lo vuelve loco.

- Ya cállate.

- Se llevan muy bien ¿no?

- Es una relación diferente a las que acostumbro –dijo mi fiel amigo-.

Borrador (HetaliaxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora