Capitulo 28

8.9K 364 34
                                    

Narra Alejandra...

Cuando rompí fuente no grite por miedo, grite de emoción porque ya iba a conocer mi hijo.  No me di cuenta de lo que pasaba hasta dos horas después, cuando las contracciones eran seguidas cada minuto, una tras otra.

Me sentí como una fiera, trate de cerrar los ojos para sentirme mejor pero el dolor era mortal.

Me movía, gritaba, estaba hirviendo en fuego.
Ya en la tina mi dula me indico que debía pujar, pero no supe como hacerlo, tomando en cuenta que me leí más de veinte libros del parto y la maternidad; tenia miedo, miedo de partirme en dos por la presión que sentía, miedo de no hacerlo bien, miedo de hacerle daño; gracias a la ayuda de mi dula, la ginecóloga y los ánimos que me daba Carlos supe como pujar, fue fácil pero doloroso, al tercer pujo salio sin esfuerzo, como algo que se resbalo de mi vagina, no lloro, no se quejo. ¿Que anda mal?

Solté la mano de Carlos, lo tome entre mis manos, lo mire...y ahí sentí el sonido más hermoso y puro que he escuchado en toda mi vida.... El llanto de Maxi.

«El primer grito de mi hijo»
            

No me importo lo que estaba pasando a mi alrededor, solo eramos Maximilian y yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


No me importo lo que estaba pasando a mi alrededor, solo eramos Maximilian y yo... Sus ojitos azules, su pelo negro, sus  manos pequeñas con deditos largos.

Me perdí en él, mi pequeño, no me di cuenta cuando cortaron el cordón umbilical, solo relacione cuando el neurólogo me lo pido, se lo entregue,
lo coloco en una manta y se lo llevo lejos de mi.
Carlos me abrazo y me beso y me dijo en un susurro: —Lo logramos.

Me ayudaron a salir de latina, en agua estaba rojiza a causa de mi sangre. A lo lejos escuche gritar a Carlos “ Soy papá” Seguido de gritos y aplausos; les aseguro que es el mejor día de mi vida.
                            
                                  *
                              *       *

Ya estoy en la habitación, mi madre, la señora Laurent y Carlos me acompañan, aún no me han traído de vuelta a mi pequeño, eso  me preocupa. ¿Por qué no lo traen? Di a luz hace aproximadamente dos horas, ¿Que pasa? ¿Estará bien? 

La puerta de la habitación se abre dejando ver a mi Dula sonriendo con mi pequeño en brazos.  Se lo entrego despacio a Carlos quién lo miro con adoración y una enorme sonrisa que hizo se me llenaran los ojos de lágrimas.

Beso su frente y me lo entrego en brazos, ahí está él, quejándose despacio,  demostrándome que me extrañaba tanto como yo a él.

Besé suavemente su frente y sus manos toque — Ya no he solo un sueño, ya puedo escucharte respirar y tus manos tocar, ten seguro que nunca te voy a dejar.— le susurré entre lágrimas.— Te prometo que seré quién cuide tus sueños y cuando tu estés despierto, quien  te ayude a tenerlos. Mi vida, te observaré hasta que ya no tenga vista, te seguiré hasta el final del mundo y cada día le pediré a Dios que te cuide y que del peligro siempre te guarde.

Casados Por Un BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora