Prólogo

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— ¡Alec! — La voz de su hermana se hace sonar por toda la estación antes de entrar sin siquiera tocar la puerta. — Hola hermanito... necesito que firmes estos papeles.

No puede evitar la sonrisa que esta le da mientras le extiende la carpeta con los mismos. Tomo los papeles y los hojeo de forma rápida, presto poca atención a lo que dicen, pero sé de qué caso hablan y con eso me basta.

Los últimos meses han sido difícil gracias a ese caso, así que lo que menos necesito son mas noticias sobre él, ahora mismo tengo más trabajo y cosas en mente.

Le entrego la carpeta y le sonrío, antes de volver a lo mío.

— ¿Dónde esta Magnus? — Su hermana le mira con ojos curiosos y desearía poder decírselo, pero no puedo y lo más importante: No quiero hacerlo.

— No lo sé, desde ayer por la noche no le veo. — Intenta que su voz sea neutral, para no levantar sospechas.

Iz jala la silla frente a su escritorio y se sienta cruzando las piernas en el proceso, haciéndole ver más imponente.

— ¿Cómo es posible que no veas a tu esposo desde hace una noche y no te interese saber donde esta?

No puede evitar su mirada, así que la fija en aquellos ojos negros que le observan directamente.

— El matrimonio es más complicado que el noviazgo, ahora lo sé. — Coloco las manos sobre el escritorio y entrelazo los dedos. — Magnus recibió una llamada de Cat ayer y él salió muy apurado, apenas y dijo a donde iba y antes de que lo digas, no... no soy su padre o su niñero, el puede hacer lo que se le venga en gana.

No parecer tener satisfecha a su hermana con esa respuesta, pues por la forma en la que levanta las cejas y le observa, sabe que no le creyó ni una sola palabra.

— Bien... entiendo. — Se levanta, tomando el folder con ambas manos y caminando hasta la entrada. — Solo una cosa más Alec... si están peleados, no dejes que avance durante demasiado tiempo, porque en muchas ocasiones puede ser imposible retomar la relación... recuerda a nuestros padres... no dejes que el trabajo se involucre con su vida personal.

Le miro por unos segundos, solo eso, pues no soy capaz de sostenerle la mirada luego de mentirle.

— Lo sé Izzy, arreglare esto... no tienes de que preocuparte. — Lo digo con sinceridad, arreglare las cosas con Magnus, la situación no puede seguir de esta manera.

— Yo no estoy preocupada Alec... adoro a Magnus, pero sé que se están lastimando entre ustedes desde que esto comenzó. — Agita la carpeta que tienen en las manos. — No se que es lo que sucede o que les afecto tanto, lo único sobre lo que tengo certeza es que se están perdiendo poco a poco y creo que eso debería empezar a preocuparte Alexander.

Dicho esto, da media vuelta y sale por la puerta, cerrándola tras ella y dejándolo en un lugar silencioso, con miles de pensamientos revoloteando por su cabeza.

****

Son pasadas las nueve cuando el teléfono suena, soy el único en la estación, Jace e Iz recibieron una llamada y tuvieron que irse antes de su hora de salida. En la pantalla luce una foto de su marido en todo su esplendor durante el día de su boda, toma la llamada decidiendo que deben hablar, no pueden perder más tiempo.

— Magnus... ¿En donde estas? Estaba preocupado por ti y además... necesitamos hablar. — Del otro lado de la línea únicamente se escucha una respiración acelerada. — ¿Magnus? — Pregunta de nuevo y esta vez más preocupado.

Puedo sentir mis latidos, contarlos de apoco, la presión comienza a aumentar de forma involuntaria.

— Alec... — Al fin su voz, esta vivió, eso lo sabe... pero no sabe en qué estado se encuentra.

— ¿Dónde estás? ¿Qué sucede Magnus? — Los recuerdos de hace un año comienzan a invadirlo, recordándole ese miedo que creía enterrado.

— Necesitamos ayuda — «Necesitamos» ¿De que estaba hablando? — Por favor... no puedes decirle a nadie Alec. — E incluso a través del teléfono sé que esta luchando por no ponerse a llorar.

— Dime donde estas.

****

«Magnus»

En cuanto dejo el teléfono comienzo a temblar violentamente. No puede estar pasando de nuevo, no a mí.

Observo mis manos cubiertas de sangre... de su sangre, mis ojos se dirigen a Cat, Jace, Clary e Isabelle, todos en el mismo estado y sin decir una sola palabra.

Ninguno parecer ser capaz de procesar la situación y no les juzgo. El miedo no te permite pensar, si alguien sabe de eso soy yo.

— No podemos movernos, nadie hará nada hasta que Alec llegue y entonces buscaremos una solución. — Nadie contesta, solo una ola de silencio que me hace saber que están de acuerdo con mis palabras.

¨Buscaremos una solución¨ suena a un chiste para niños, no existe una solución posible y buena para la situación que están viviendo, no una legal al menos.

Cierra los ojos y respira profundamente, recordando el día de su boda y con ella sus votos matrimoniales y comienza a recitarlos en su cabeza de manera automática, buscando que estos le ayuden a mantener la calma.

"Yo, Magnus Bane... juro amarte y protegerte de todo mal... defenderte, poner mi plena y absoluta confianza en ti, amarte durante el resto de mi vida, porque no quiero pasar ni un solo día lejos de ti Alexander Lightwood"

La puerta de abre y me pongo alerta de forma inmediata, aun a sabiendas de quien es.

"Enfrentar los problemas y adversidades juntos."

Sus pasos son sigilosos y apenas audibles, sin saber que no es necesario, pues los únicos que se encuentran en el lugar son las personas a las que ama.

"Buscar la solución juntos y salir adelante, como siempre lo hacemos, sin dejar que nada nos destruya."

Cuando al fin entra a la sala, observa la escena frente a él con una cara que jamás le había visto, se que lucha por no tener un ataque de pánico enfrente de todos. Observa al cuerpo frente a nosotros con los ojos como platos, siguiendo la sangre que se extiende en un charco debajo de él y que con pequeñas telarañas se dirigen a cada uno de nosotros en la habitación.

"Hasta que la muerte nos separe"

— ¿Qué fue lo que sucedió? — Las palabras se le escapan en apenas un susurro.

Todos le miran, menos yo... no soy capaz de hacerlo... no con lo que paso; pero nadie responde, solo el silencio abrazador.

— No lo sé... todo fue muy rápido. — No le miro a los ojos al decirlo, pero se que su mira se clava en mí, una mirada que me recuerda al día en que se entero que ayude al hombre de los espejos, una mira de odio y de rabia.

Alec no lo entiende, no lo puede entender aun... pero esta viendo a todas las personas que mas ama en el mundo convertirse en asesinos.

Can't Go BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora