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3 meses antes

«Magnus»

La chica espera en el estacionamiento, lleva la capucha de la sudadera subida y sus dedos golpean de forma constante el volante del Toyota. Me acerco y golpeo su ventana de forma agradable, pero ella salta del asiento al instante, abre la puerta y me invita a pasar.

— Hola Melissa. Soy...

— Si, es Magnus Bane, agente de la policía de Nueva York en el área de homicidios. — Me mira y me regala una pequeña sonrisa de preocupación. — No me lo he podido sacar de la cabeza desde su llamada.

— Bien... Melissa, quiero hacerte unas preguntas con respecto a Dylan o Eaten, no sé cómo lo conocías.

— Era conocido por sus amigos como Eaten y su familia solía llamarlo Dylan, era más por costumbre y respeto al nombre de su padre. — Sus manos dejan el volante y se colocan en su regazo. — ¿En que puedo ayudar?

— Solo necesito que me digas todo lo que puedas sobre él, específicamente sobre su actitud antes del homicidio. — Soy directo, es algo que nosotros tenemos que hacer, no podemos darnos el gusto de dar vueltas al asunto.

— Bueno... en realidad la relación con sus hermanos no era buena, se basaba en peleas y en llegar a dormir y desaparecer el resto del día. La única vez que los vi juntos fue cuando sus padres murieron en aquel accidente. — Se quita la capucha y entonces puedo ver su cabello ondulado ahora teñido de un castaño oscuro.

— ¿Sabes algo de eso? — Intento buscarle la mirada, pero no logro hacerlo.

— Muy poco, Dylan nunca hablo de eso. Pero... el cambio después de ese accidente, nunca volvió a ser el mismo Dylan.

— ¿A que te refieres? — Esa chica parece saber más cosas de las que aparenta.

— Vera detective... Sali con él durante muchos años, conocí a sus padres y conozco a sus hermanos. Así que me di cuenta de los cambios. Sus hermanos nunca me agradaron, pero una vez se quedaron como los dueños, se apropiaron de muchas cosas que le pertenecían a Dylan y él... él estaba molesto, muchas veces me dijo que hubiera preferido irse con sus padres a quedarse con sus hermanos. — Me mira por primera vez a los ojos. — Esa familia oculta algo, Dylan no murió en una pelea, ellos lo mataron, puedo asegurarlo... él estaba peleando parte de la herencia y del fideicomiso porqué quería irse. Siempre me parecieron extraños y malvados, pero jamás creí que fueran capaces de hacer algo así.

Las palabras de la chica me toman por sorpresa, pero en su cara puedo ver que dice la verdad, una verdad que hubiera deseado decir mucho antes y que se mantenía atrapada en su garganta.

— Melissa, lo que me dices es muy grave ¿Tienes alguna prueba?

La chica se toma el cabello y respira varias veces, luego se agacha y toma una pequeña bolsa que coloca en su regazo, de ella saca una carta y lo que parecen ser unos boletos. Los acaricia con tremenda ternura, tanto que parece que se soltara a llorar en cualquier momento.

— El... dejo esta carta días antes de que muriera. — Comienza a temblar y muerde su labio para tratar de controlarlo. — No dice mucho, solo era lo que me a mi me interesaba saber.

— Dime que dice. — Se que debería tomarlas y guardarlas como evidencia, pero la forma en la que ve esas cosas... no puedo hacerlo, no puedo quitarle lo único que le queda de él.

Melissa abre la carta y de dispone a leerla para mí.

— "Lisa... ya está todo arreglado, encontré la forma de recuperar mi parte de la herencia y del fideicomiso y además como punto extra, ellos pagaran lo que han hecho, al fin luego de estos años, voy a obtener la justicia que merecía. Debieron llegar dos boletos con destino a Canadá con esta carta y te preguntaras porqué. Es el lugar al que iremos, donde empezaremos de cero y en donde por fin podremos ser felices. Se acabo mi amor. — Las lagrimas comienzan a rodar por sus mejillas. — Te veo en la estación a las 12 am, se puntual que yo estaré esperando por ti. Te ama Eaten"

El silencio se apodera del lugar y solo los sollozos de la chica son lo suficientemente audibles. ¿Qué había pasado? Si las cosas estaban arregladas, porqué todo cambio tan de repente. ¿Qué era lo que Eaten había arreglado?

— Nunca llego, lo espere por horas y horas... hasta que la llamada de la policía entro y me dijeron lo que había pasado. No volví a hablar con él, jamás supe que era lo que había arreglado, no con certeza al menos. Pero se que ellos tuvieron que ver, Dylan los había descubierto, el sabía su asqueroso secreto y ellos debía ocultarlo. — Escupe las ultimas palabras con odio.

— ¿De que secreto hablas? — Esta vez me inclino hacía ella.

— Antes tenía miedo de decirlo, temía que ellos supieran que yo sabía y me hicieran lo mismo, pero ahora. — Me mira con aquellos ojos tristes. — Ya no importa más, no me interesa lo que pueda pasar y se lo cuento a usted porque quiero creer, que podrá resolver este caso y que hará que ellos paguen por todo lo que han hecho.

— Lo prometo. — Error, en esta profesión no puedes prometer cosas que no puedes saber si cumplirás.

— Ellos estaban juntos, Marcus y Dalia mantienen una relación de incesto hasta la fecha, nadie sabía, pero Dylan los descubrió y fue cuando todo comenzó a ir en picada. — Limpia con la manga de la chamarra su cara. — Después encontró los papeles de un par de depósitos a una persona que jamás había escuchado y comenzó a investigarlo. Nunca pudo comprobarlo, pero al parecer sus queridos hermanos había pagado para provocar el accidente de sus padres.

Es demasiada información y no se como procesarla, todo lo que dice cambia el rumbo del caso por completo. Estoy por decir algo cuando dos impactos de bala resuenan por el coche, me agacho por instinto cubriendo mi cabeza con un brazo, mientras que con el otro obligo a Melissa a hacer lo mismo.

Los disparos duran unos segundos más antes de escuchar el ruido de un auto al alejarse. Después silencio, el lugar esta solo, esa era la idea de la reunión así que nadie se acerca. Me levanto retirando los fragmentos de cristal de mi espalda al momento en que lo hago y bajo del auto de inmediato, con la pistola en mano en caso de toparme con alguien más. Camino al lado del conductor para asegurarme de que la chica este bien.

— Melissa ¿estás bien? — No obtengo respuesta, solo el silencio del lugar. — ¿Melissa?

Me acerco a la puerta y veo a la chica, apenas y respira, lucha por su vida. Abro la puerta y la arrastro fuera del auto, tiene dos heridas de bala, una en el pecho y otra en el cuello. No sobrevivirá, para cuando los servicios de emergencia lleguen ella estará muerta. La coloco sobre mi regazo, tratando de brindarle la mayor comodidad posible mientras llamo a la estación.

— Tiroteo en el estacionamiento Maintland, una persona herida. ¡Venir rápido! — Cuelgo el teléfono y lo lanzo lejos de nosotros. — Resiste chica, todo va a estar bien.

Me regala una sonrisa, mientras de su boca sale un hilo de sangre.

— Gra... ¿grabaste nuestra conversación? — Lo dice con las pocas fuerzas que le quedan.

— Si, lamento no haberlo dicho. — Me disculpo por mi falta de profesionalismo.

— No me... importa, solo... solo haz que valga la pena. Te... te lo suplico. — Toma mi mano y siento como poco a poco la vida se le va. Acomodo el cabello de su rostro, mientras sus hermosos ojos verdes miran el cielo azul y el sol la ciega por completo. — No dejes... que se salgan con la suya, me... merecen pagar todo... todo lo que hicieron.

— Te prometo que me encargare de que ellos. Sin importar lo que tenga que hacer. — Me mira a los ojos y sonríe, una sonrisa sincera, una que demuestra descanso.

— Te amo... siempre te amare Dylan.

Sus palabras me hacen estremecer y entonces cierra los ojos para siempre, una joven de 18 años que jamás volverá. Comienzo a llorar y no estoy muy seguro del porqué, mientras las sirenas comienzan a escucharse al fondo y yo sostengo su cuerpo sin vida. 

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⏰ Última actualización: May 22, 2020 ⏰

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