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4 meses antes

«Alec»

Mi mano busca a tientas sobra la fría cama, su lado está vacío al igual que muchos otros días atrás. Despierto de apoco y dejo que mis ojos se adapten a la luz del sol que se cuela por nuestra ventana e ilumina toda la habitación.

«Nuestra»

Esa palabra aun es extraña dentro de mis pensamientos, nunca pensé estar con alguien de ninguna forma, al menos no después de lo de West, jure que mi corazón estaba cerrado y era un lugar impenetrable, pero me equivoque.

Me casé con Magnus luego de que todo terminara, apenas paso un mes cuando decidimos que queríamos estar juntos de forma oficial. ¿Apresurado? Demasiado.

No puedo decir si fue o no la decisión correcta, lo único que sé, es que apenas se cerro el caso "Del hombre de los espejos" mi necesidad por tener a Magnus a mi lado aumento y no refiero a tenerlo para protegerlo o porque temiera que algo le pasara, en realidad quería tenerlo a mi lado por el resto de mis días, deseaba que estuviera conmigo para siempre.

Así que lo hice. Le propuse matrimonio una mañana, mientras le lleva el desayuno, la propuesta lo tomo por sorpresa, pero después de lo que pareció una eternidad, las lagrimas comenzaron a aflorar de sus ojos, aceptando al instante.

Pero no porque tratáramos de vivir un cuento de hadas e intentáramos fingir que las cosas que pasaron quedaron atrás, significaba que funcionara. Las cosas no son tan sencillas.

Magnus sufría de pesadillas constantemente, cuando tenía suerte se levantaba gritando y bastaban unas cuantas palabras para tranquilizarlo, pero cuando no tenía que despertarlo, agitándolo o gritándole pues los sueños eran tan fuertes que incluso le impedían despertar del mismo y cuando al fin lo lograba, temblaba y sudaba durante un largo rato, hasta que por medio de caricias y besos se tranquilizaba y volvía a dormir.

Además, las consecuencias de la violación no se hicieron esperar, en ocasiones simplemente teníamos que parar, porque sentía como su cuerpo se tensaba y temblaba bajo mi tacto. El siempre se disculpaba diciendo que no era mi culpa, pero que no podía evitar que las imágenes regresaran a su mente, después tocaba las cicatrices que adornaban su cuerpo, las cuales le hacían saber que no podría olvidar tan fácilmente.

Magnus decidió tomar terapía y pedimos ayuda porque sabíamos que la necesitábamos, la situación era algo que se salía de nuestras manos, era algo que nos perseguiría por siempre. Con el tiempo todo mejoraba y la vida misma lo hizo, aun más cuando Magnus comenzó a trabajar en la estación, el trabajo parecía mantenerlo ocupado y eso le hacía bien.

Se le veía feliz por primera vez en mucho tiempo, feliz de verdad y eso me hacía feliz a mí.

Era bueno llevarlo conmigo a los casos, no porque fuera un esposo protector o lo mantuviera atado a mí, sino porque como equipo de trabajo, éramos bastante buenos, mucho mejores. En eso Mike no se equivocó: Juntos éramos mejores.

Si... la vida no era perfecta, pero era buena.

Pero había mañanas como estás, mañanas en las que despertaba con un lado vacío en la cama y en las que sabía que encontraría a Magnus en el balcón con una copa de vino en sus manos, pensando en todo y en nada.

Salgo lentamente de la cama colocándome una bata en el camino a la sala, el lugar donde se lo encontrare. Su cuerpo esta recargado en la pared sostiene una copa de vino tal como lo predije y fuma un cigarrillo mientras su mirada se dirige a las calles de la ciudad. Se le ve pensativo y eso me preocupa.

Can't Go BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora