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4 meses antes

«Magnus»

Camino a paso rápido por las calles de Nueva York, recordando cuando debía hacerlo de manera diaria para ir a la universidad o ver a mis amigos, antes de que las cosas se complicaran tanto, antes de que mi vida se volviera un caos.

No soy infeliz pero tampoco soy feliz... es como si estuviera atrapado en un vacío que nunca pensé pisar. Quiero decir, no volvería a mi vida anterior a la universidad, esa vida no era la que deseaba, pero tampoco estoy seguro de querer esta nueva vida, llena de tantas cosas que a veces me siento incapaz de manejar.

Llego a la cafetería y me siento congelado, observo la pequeña puerta de cristal con la palabra "COFFE" a lo alto, no sé qué hago aquí y por qué acepte a verme con él. Su padre no era una persona encantadora, ni alguien a quien deseara ver diariamente y las pocas veces en las que deseo hacerlo el hombre ni siquiera apareció. Una de esas ocasiones fue cuando estuvo bajo los focos de la gente, cuando "el hombre de los espejos" apareció, en ese instante deseaba tanto que su padre apareciera y arreglara las cosas como el solía hacerlo, no le interesaba cuales fueran los métodos, pero... no lo hizo.

Y ahora sin previo aviso, recibe un mensaje de él organizando una reunión. Ahora entiende cual es el problema con su padre: Es impredecible.

Abre la puerta dejando que la pequeña campana que cuelga de esta, anuncie su llegada. Es un lugar viejo, llevaba muchos años en ese sitio, el solía visitarla con su madre antes de que muriera, era el lugar familiar de los Bane. Su mirada viaja por el lugar y entonces lo ve; luce los mismos trajes ajustados al cuerpo que le hacen ver imponente y elegante, el cabello largo le llega a los hombros, siempre tan refinado y hace ese movimiento con la pierna que le recuerda lo impaciente que suele ser.

Respira profundamente ajustando su saco en el proceso y se acerca a la mesa, donde toma su asiento frente a Asmodeus.

— Hola Asmodeus. — Saluda cortésmente pues esa es la relación que sostiene con él.

— ¿Ya no soy tu padre? — La voz de Asmodeus no cambia con los años, sigue siendo esa voz dura con un toque de sarcasmo que lo lleva a recordar su infancia y adolescencia.

— Digamos que... perdiste ese derecho hace mucho. — No quiere ser grosero, es lo que menos le interesa, solo quiere saber que es lo que quiere.

— Vale...

El silencio se extiende entre ambos, haciendo que el ambiente se vuelva pesado y que le incomode porqué con su padre esos silencios solo significan algo malo.

— ¿Por qué me llamaste? — Pregunto al fin, mas vale ir directo al grano.

La mesera esta por acercarse cuando el levanta la mano, dando a entender que los deje en paz.

— Veo que quieres hacer esto rápido. — Toma un trago de la copa de vino. — Te llame porqué tu relación me es un problema.

— ¿Qué? — Esta sorprendido, esperaba que le dijera cualquier cosa, menos esa. — ¿En que te afecta a ti mi relación?

— Muy fácil... es un policía y uno de los mejores por lo que se y tu sabes lo que eso implica para mí. — Luce serio y su semblante esta tenso, lo que provoca en mi una oleada de angustia.

— No implica absolutamente nada, él ni siquiera sabe de ti.

Es verdad, Alexander no tiene idea de nada relacionado con mi pasado y mucho menos con mi familia.

— ¿Te avergüenza tu padre?

Suelto una carcajada por lo bajo y aprieto los puños sobre la mesa, de modo que el vea mi reacción.

Can't Go BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora