Can't Go Back

16.

Actualidad

Isabelle

— No te atrevas a tocarme. — Siente como arrastra las palabras, como si no pudiera conectar su cerebro y su lengua.

— Isabelle es mejor irnos ya.

La voz de su novio suena distante, apenas y la escucha entre la gente y la música. Todo comienza a dar vueltas, sabe que es gracias al alcohol y ni siquiera recuerda cuantos tragos bebió ya, debe ir al baño, pero chico no le quita las manos de encima.

— Suéltame Simon, si quieres irte vete tú, yo no pretendo moverme de aquí. — Lo dice enserio, no pretende retenerlo, en primer lugar, ni siquiera sabe que está haciendo con ella.

— No voy a dejarte sola Isabelle, estás loca.

No suena bien y sabe que el también se paso de tragos, la música comienza a molestarle, la gente los observa mientras forcejean en medio del lugar. Logra zafarse de su agarre y corre al baño, haciendo que sus tacones resuenen por el lugar al hacerlo. Simon va justo detrás de ella sin perderla de vista por un solo momento.

Empuja a unas cuantas personas en el camino hasta llegar a una esquina de la pequeña habitación, siente el vomito fluir por su estomago y no puede evitar echarlo, no le importa quien la vea ni que digan de ella. Siente como le sostienen el cabello y la voz de Simon aclarando que todo esta bien. Las arcadas continúan y ni siquiera intenta evitarlas, solo se deja llevar.

Tenia tanto tiempo sin hacer eso, sin llegar a ese punto, limpia su boca con una de sus manos corriendo el labial rojo en el momento, las lágrimas provocadas por las arcadas hacen que el rímel se corra, el olor a alcohol y tabaco la hace lucir desalineada.

Siente el efecto del alcohol aminorar en su sistema y entonces recuerda porque estaban ahí, recuerda todo de golpe, sintiendo que el aire se le acaba. Quiere irse de ese lugar, no quiere estar más ahí.

— Llama a Jace. — Toma la mano de Simon sobre su hombro mientras susurra las palabras.

Simon la deja en aquel lugar mientras sale a hacer la llamada, me deslizo por la pared hasta tocar el suelo, respiro en varias ocasiones intentando controlar las emociones y los efectos del alcohol, bebió demasiado y la resaca que le espera al día siguiente será inolvidable.

Simon entra minutos después para ayudarla a ponerse en pie y dirigirse a la salida. Todo a partir de ese momento se vuelve borroso, las personas, las fotografías a escondidas, Simon peleando con Jace, su hermano sosteniéndola en sus brazos y subiéndola al auto.

Nada importa, en ese momento puede sentirse de nuevo como la joven rebelde a la que iban a sacar de las fiestas a las 5 de la mañana, en se momento no era una asesina, su reputación y su imagen eran un cero a la izquierda.

Deseaba quedarse bajo los efectos del alcohol para siempre, deseaba dejar de pensar y de sentir.

Por primera vez en mi vida desearía ser yo la que estuviera en el maletero de Alexander y Magnus.

Cat

Entro a la cafetería abierta las 24 horas, tomo asiento cerca de la ventana y pido un café, necesito mantenerme despierta. No hable con Ragnor, no hable con nadie. No iba a involucrar a mas personas, así que solo camine por las calles de la ciudad, hasta encontrarme con este lugar.

No es lo mejor, pero es bueno para pasar las horas, al menos hasta que amanezca. Las manos aun me tiemblan y no puedo hacer nada para controlarlo, aun siento el miedo recorrer mi cuerpo. No debí llamar a Magnus, no debí involucrarme en ningún momento en algo que no me interesaba, tendría que haberme quedado en casa y dejar que ellos resolvieran sus asuntos tal como siempre lo hacen.

Pero se que es muy tarde para lamentarme, en realidad no serviría de nada. Me quedo sentada, con el maquillaje corrido y el temblor de las manos, la mesera se acerca en un par de ocasiones a rellenar la taza de café y ofrecerme alguna otra cosa, en todas y cada un niego con la cabeza. Se que me observa detenidamente, debo lucir horrible... pero es poco probable que cuente que estuve en el lugar, ella ni siquiera sabe quien soy. Así que no es problema.

Cuando mi reloj marca las 7:30 me levanto y pago, dejando un par de billetes extra sobre la mesa, salgo del lugar sintiendo la luz del sol sobre mi rostro, una luz que me hace sentir viva... al menos por unos minutos.

— Señorita... olvido esto — La voz me toma por sorpresa, es la mesera, luce una sonrisa brillante, lleva poco maquillaje y una coleta sostiene su rubio cabello.

— Gracias... — Trato de sonreír mientras tomo la bufanda amarilla que me ofrece.

— Por nada, vuelva pronto. — Sonríe de nuevo e incluso se sonroja un poco, da media vuelta y entra en la cafetería de nuevo.

Tomo la bufanda entre mis manos y la aprieto, notando las pequeñas manchas de sangre en ella... deseo que aquella chica no les prestara atención y que solo fijara su atención en el bonito color. La enredo en mi cuello y emprende mi marcha al departamento de Alec, el lugar donde se verán obligados a tomar una decisión que cambie su destino.