Tenth Shot

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Años atrás...

—Mmm... por favor, por favor... ya no... me duele...— Yoongi ya no podía, le dolía todo y sobretodo esa parte sensible de su cuerpo.— Basta...

Por más intentos que hacía el pálido de quitárselo de encima eran inútiles porque se encontraba atado, sus muñecas escocían por las esposas que estaban enganchadas a cada lado de los postes de la cama al igual que sus pies.

Se sentía muy débil y que en cualquier momento se desmayaría.


—Duele...

—El dolor... es placer... bebé.— dijo aquel hombre mientras lo embestía. Sus embestidas fueron en aumento al ver las lágrimas del pálido salir seguidamente.


Le excitaba tenerlo así, verlo llorar de dolor, ver cómo su cuerpo temblaba debajo de él, cómo su cuerpo estaba con marcas violáceas. Pero lo que más lo ponía al límite, era sentir como su pequeño apretaba su polla.


—Sí, ya estoy cerca bebé. Me encanta estar dentro de ti... eres una maldita zorra golosa... siempre te gustó que te folle duro, ahora no te hagas el santo.

—Jungkook... ya no por favor...— dijo Yoongi aún llorando, su interior ardía, se sentía como una puta.

—Cállate... maldita sea, cállate. Eres un puto, un maldita hijo de puta, tragapollas.

—¡Ya basta! Ah... ¡Ah! ¡Sal! ¡Sal!


Jungkook le excitaba mucho cuando Yoongi se resistía, pero ahora solo tenía ira acumulada y quería desahogarse follando duro a Yoongi.

Sale y luego lo embiste más duro y Yoongi suelta un grito desgarrador.

¿Cómo es posible que su bebé esté de zorra con el nuevo del salón? Ver cómo su pequeño le sonreía a ese chico lo alteró y si no fuera porque estaban en el colegio ya hubiera molido a golpes al tipo y a Yoongi por andar de fácil...

Siempre ha echo todo lo posible por alejar a todos de Yoongi, de su Yoongi... nadie podía ver su sonrisa, solo él porque era su derecho.

Y al recordar todo eso agarró del cuello a Yoongi y presionó hasta que vio como Yoongi abría los ojos más de lo normal y su rostro se tornaba morado.

El pálido desesperado movía sus piernas y brazos como si eso fuera a quitar las manos del azabache.


—Puta... puta... ¡Puta!.— Jungkook comenzó a reírse mientras seguía ahorcando a Yoongi.


Y en el forcejeo que hacía el pálido sus muñecas y tobillos comenzaron a sangrar, Jungkook vio la sangre en sus muñecas y se acerca a una de ellas mientras lame la sangre.


—Hasta tu sangre es dulce... Todo de ti es dulce, amor. Mi Suga.

—... Ah... Jung-Jung....

—Shhh... sí... ahh...— así Jungkook se vino y Yoongi dejó de moverse.— Se durmió, siempre tan soñador.— dijo con ironía.

Jungkook sale del interior de su novio y aleja las manos del cuello de este, se acerca a desposar sus muñecas luego hace lo mismo con sus tobillos y voltea a ver al pálido, su mirada se fija en ese pequeño hoyo y ve cómo la sangre mezclada con el semen se corre entre sus glúteos manchando las sábanas.

Se siente poderoso...


—Tuve que castigarte, bebé. Pero tómalo como un castigo positivo...— susurró en el oído de Yoongi para luego besar su frente, se queda un rato mirándolo apreciando cada detalle de su rostro.


One shot, Two shots [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora