Sixth Shot

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—Bésame, por favor. Lo necesito...

Jimin y Yoongi se encontraban solos en la sala en una posición un tanto sugestiva.

Los dos sentados en el sillón de tres piezas y para ser más específicos el pequeño se encontraba sobre el regazo del mayor con sus brazos alrededor del cuello de este, sus miembros rozándose, sus frentes juntas, los ojos cerrados, el aliento y los latidos mezclados.

Mientras que el mayor estaba rígido con sus manos posicionadas a los costados sin tocar el cuerpo del menor, los tenía en forma de puño y hasta podría decirse que por la fuerza en que los mantenía, sus uñas ya estaban clavándose en sus palmas.

Yoongi se sentía abrumado por el actuar del chiquillo junto con muchas emociones que le provocaba esto y por sobre todo la excitación.

Con Jimin era así o al menos lo sentía así cuando el pequeño estaba cerca a él, lograba que sus emociones y sentimientos se descontralaran y que su mente no pueda razonar del todo bien.

El mayor estaba un poco tomado, pero aún con todos los sentidos intactos, en cambio el menor, no.

El menor era intolerante al alcohol y solo con tres tragos ya perdía la conciencia y hacía cualquier cosa que Park Jimin no haría si estuviera sobrio, como por ejemplo, tener unas ganas inmensas de besar esos dulces finos labios rosados que los vio muy apetecibles a partir del segundo trago, pero ahora con más de tres tragos en su sistema quería más... mucho más.

—No, Jimin, estás ebrio.

—Por favor, Yoonnie... tú también lo deseas.

Un punto para el castaño; sin embargo, Yoongi no quería darle la razón, no por su orgullo o algo por el estilo, sino porque había algo que no le permitía hacer lo que su cuerpo y corazón pedían y ese era, su hermano de otra madre, Taehyung...

Pero ¿Cómo llegaron a esta situación?



El timbre del departamento de los recién casados suena. Jimin se encuentra en la cocina terminando de preparar los bocadillos con una botella de vino para el brindis ya que Tae, su esposo, no le gusta el champán.

Así que Taehyung sale de su habitación y se dispone a abrir la puerta.

—¡Yoongi, hermano!.— el pálido es recibido con una característica sonrisa cuadrada.

—Tae...— saludó el pelinegro alzando la mano y luego dándole unas palmadas al hombro de su mejor amigo.

—Se te nota cansado...— dijo su amigo preocupado.— Mal día en el trabajo, siempre tu padre haciéndote la vida imposible... Amo a ese hombre.

—Lo sé, el amor que se tienen es recíproco.— dijo Yoongi riéndose un poco.

—Ni que me lo digas... Pero dejemos de lado a tu padre, ahora hay que festejar, tienes que relajarte.

—Lo sé, por eso vine. Hay tragos ¿verdad?

—Me ofendes.— dijo Taehyung dramáticamente con una mano en el pecho.— Pero pasa, pasa que te tengo aquí parado en la puerta.

Yoongi pasa y mira el interior del lugar no es tan Grande como su departamento, pero es acogedor.

Sigue observando hasta que algo llama su atención; una repisa llena de fotos, pero sobretodo una foto de recién casados.

—Bonito...— dijo Yoongi con una sonrisa un tanto forzada.

—Lo sé, soy apuesto, pero no me puedo ligar contigo ya estoy felizmente casado.

One shot, Two shots [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora