Twenty-ninth Shot

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—Jungkook. —El mencionado volteó para ver quién lo llamaba, era su padre.

—Papi... —la garganta se le secó por un momento, tanto que le fue difícil tragar su saliva. —Buenas tardes...

Ya sabía lo que pasaría...

El pequeño niño de 5 años dejó a un lado su juguete de Iron man y se levantó para darle una venia a su padre. Mantuvo la mirada hacia abajo porque sabía que si levantaba la vista sin permiso de su padre, él lo castigaría.

—¿Y mami? —Pregunto con una voz dulce. Era raro escuchar hablarlo así. Con su padre nunca se sabía. Era una caja de sorpresas. —Te hice una pregunta. Alza la vista y responde. —Dijo crudamente.

El niño hizo lo que su padre le dijo, alzó la vista y lo miró directamente como a él le gustaba. Otra vez esa mirada que siempre pone cuando lo ve, esa que sentía quitarle el aliento y arrancarle el alma. Se estremeció y respondió —M-a-mi salió con unas amigas.

—Ja, era de esperarse de esa estúpida. No sé por qué me casé con ella —dijo muy cabreado. —Mi hijo es un retrasado y mi esposa solo un hueco en el que puedo meter mi pene —podía ver como los perfectos dientes de su padre rechinaban al decir cada palabra. No entendía a qué se refería su padre, pero podía asegurar que no era nada bonito lo he decía.

—¿Qué... qué tal le fue en su trabajo?

—¿En serio? Definitivamente eres idiota como tú madre.

—Lo siento. —El niñito hizo una reverencia como disculpa. Tenía ganas de llorar, pero no lo haría, su padre se enojaría con él y lo llamaría marica.

—Vamos al cuarto. —Cuando escuchó esas tres palabras rápidamente alzó la vista asustado.

—Papi... pero quiero seguir jugando con mis muñequitos. —una lagrimita rebelde bajó haciendo un recorrido por sus rosadas mejillas.

—Jungkookie... obedece a papi. Sabes lo que pasará si no obedeces. —dijo con voz encandilada. —¿Quieres que te castigue?

—N-no — "Pero igual dolerá" quiso decir.

—Bien, entonces andando.

—Papá, me dolerá. Eso duele...

—No, pequeño. Sabes que te gusta jugar conmigo.

—No... Papi, por favor... Podemos jugar a otra cosa.

—Papi no quiere, cariño... —el hombre apretaba los puños. Estaba empezando a perder la paciencia.

—Papi... Pero cuando pones tu... tu... en mi potito me d-duele...— las lágrimas del pequeño no conmovieron el duro y frío corazón de su progenitor.

—Jungkook, no lo volveré a repetir.

—No papi. M-mami dijo que no demoraba.

—Entonces... ¡Apresúrate!

Jungkookie bajó la cabeza asustándose por el grito de su padre. Sintió un jalón fuerte en su cuero cabelludo. Con sus pequeñas manitos forcejeaba con su padre para que lo soltara mientras gritaba del dolor.

Estaba siendo arrastrado hacia ese lugar que no le gustaba. Que nunca le gustó cuando su papi lo llevó por primera vez hace dos años. Ese cuarto donde su papá lo lastimaba hasta dejarlo sangrando y sin poder caminar bien por el dolor. Ese cuarto donde poco a poco su padre le quitaba lo poco de inocencia que quedaba en él, la poca fe y esperanza de que exista alguien que le haga ver que el mundo no era cruel, que las personas no eran malas como su padre. Poco a poco se estaba convirtiendo en un monstruo...

One shot, Two shots [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora