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Mi hermoso ángel. No sabes cuán feliz me haces. Me siento uno de los dioses más afortunados.

—¿No está esto mal? —preguntó JiMin echando su cabeza hacia atrás pero con sus brazos aún entrelazados con los de Ho Seok.

—No comprendo, ¿por qué lo estaría?

—Cuando era pequeño y me enteré de todo éste rollo de dioses y ángeles vi que para cada dios hay un ángel.

—Si, tienes razón. Aún no le veo el lado malo.

—¿Dónde está tu ángel? Si me encuentra contigo me puede llegar a matar. Una vez leí entre la guerra entre dos angeles. ¡Uno asesinó al otro! —los ojos de JiMin se querían salir de lugar mientras Ho Seok empezó a reír como si hubiese sido el mejor chiste del día. — ¿De qué te ríes? Yo no soy Taehyung con el cabello de payaso.

—¿De eso te preocupas?

—¡Pues claro que si! Yo no quiero morir.

—JiMin, mi ángel solía ser rebelde. Odiaba a todos porque fui malo con él pero, cambió y ahora es alguien muy bueno. Dudo que tú mismo te asesines y lo llames una guerra de ángel contra ángel. —el rostro de JiMin parecía como si éste no hubiera entendido. Parpadeó más de cinco veces atónito.

—¿Qué me estás diciendo?

—Que tú eres mío.

—¿Yo soy tuyo? —sonrió aún más. — ¡Soy tuyo!

—Mi príncipe, mi hermoso príncipe.

Un año después

YoonGi llevaba dos bandejas de comida hasta la mesa, puso una y la otra la tomó para él.

—¿Cuándo fue que te volviste tan glotón? —preguntó Jungkook.

—Desde que te vi a ti por primera vez. —respondió al meterse una uva a la boca.

—Chicos, ¿han visto a JiMin? — Ho Seok apareció despeinado y sin camisa.

—No, ¿cómo la pasaron anoche? —preguntó YoonGi alzando sus cejas de arriba a abajo.

—Cállate idiota. Lo buscaré. —mencionó al salir corriendo.

—Yo escuchaba buenas cosas ayer en el laboratorio pero de mi no lo oyeron. —Taehyung creó un zipper con sus dedos para pégalos a su boca.

Con prisa y desesperación Ho Seok buscaba a JiMin, era imposible que hubiera desaparecido en una hora. Él lo había visto, dijo que iría al baño pero no estaba en ninguna esquina del castillo. Tampoco sentía el olor característico de su ángel. Algo no parecía estar bien y tenía que estuviera tarde.

—Ya he llamado diez veces, maldita sea. ¿Por qué no responde su celular?

Seis horas después en Busan

—¡¿Quienes son y qué quieren?!

—Has silencio niño.

—¿Cuantos años le eliminaremos?

—Elimínale 6 años.

Mental Illness || HopeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora