Ho Seok se sentía mal, asqueroso y culpable. ¿Cómo pudo dejar que su ángel, su preciado pedazo de ser se fuera en un abrir y cerrar de ojos? Todo por su culpa y su maldita sed de venganza.
—¡Todo lo hago mal! ¡Todo es mi maldita culpa! — sus ojos dejaron salir lágrimas rebeldes que caían al suelo y con sus manos rascó su cabeza halando unos cuantos cabellos por el estrés.
—Yo nunca te culpé. — retumbó por toda la habitación esa voz tierna y calmada que Ho Seok amaba.
—Cuanto desearía que estuvieras aquí. Ahora hasta imagino tu voz. ¿Por qué te dejé ir? Mierda, soy un maldito.
—Yo nunca me fui. Siempre estuve aquí. ¿Cómo podría dejarte?
—No eres real. Eres un invento mío.
—Si fuese un invento no estarías escuchándome. — los ojos de Ho Seok pasearon por todo el lugar hasta detenerse a mirar una luz brillante que podría dejarlo ciego. — Mírame bien. —ordenó JiMin. Ho Seok pudo mirarlo, su rostro y su cuerpo estaban en perfectas condiciones. —No estoy en carne pero siempre estaré contigo en espíritu. No pienses que soy un mal ángel.
—Ho Seok te necesitamos abajo. Jungkook ha regresado...y no vino solo.
Ho Seok dio una última mirada a su habitación y el espíritu de JiMin había desaparecido.
En el laboratorio se encontraba Jungkook con su labio raspado, la herida parecía estar seca, sus manos con muchos tajos y su cabello más largo. Y tenía ropa blanca puesta. Acompañándolo estaba Jackson de la misma manera que él aunque en un estado un poco más critico ya que tenía una raya horizontal en su cuello, estaba seca también.
—¡Jungkook! — exclamó YoonGi corriendo hasta él. —Jungkook, mi vida, ¿cómo te sientes? ¿Cómo estás?
—Feliz de que no me hayas olvidado. —sonrió mostrando sus blancos dientes de conejo.
—¿Por qué te olvidaría? Dios...aún no puedo creer que de verdad estés aquí. —mientras YoonGi acariciaba el rostro de su ángel, los ojos de Jungkook cambiaron a blancos.
—¿Nunca se enteraron de eso? —preguntó con lentitud. —Los dioses comienzan a olvidar. Poco a poco alucinan de que están hablando con nosotros pero termina siendo mentira, muy pocas veces es verdadero. Después de la alucinación comienza el dolor emocional porque el dios piensa que nunca volverá a ver a quien amó y finalmente es la perdida de memoria automática. Lamentablemente ésta es para siempre. En otras palabras, si ven a su ángel, cuando este no está, significa que todos los momentos están siendo borrados de la mente. Es como una auto defensa del dios sin que éste se dé cuenta. El cerebro borra los malos recuerdos para no sufrir más.
—Pero, eso es imposible. Nunca se puede olvidar a alguien tan especial de la noche a la mañana. — protestó Ho Seok con molestia.
—Nunca dije que era de la noche a la mañana. Puede ser de una semana en adelante. Tu ángel no está aquí, ten cuidado de olvidarlo Ho Seok. JiMin puede perderse en el abismo y morir por asfixie.
—Mi hijo...—la voz de Jin estaba rota por completo. —¿Han sabido algo de Taehyung?
—Él...—Jackson hizo una pausa extensa antes de decir el estado del chico. — está en coma.
—No...—de repente Jin cayó al suelo mareado, puso sus manos en una silla pero no podía levantarse aún.
— Ha sufrido tanto... Primero pierde a su hijo por pérdida de memoria y porque éste fue rebelde. Luego el mismo hijo muere y desaparece junto con su otro hijo y su ángel. Ahora se enteró de que si olvida a su ángel este podría desaparecer y morir de asfixie y ahora mas encima se entera de que su Taehyung está en coma. —NamJoon pensó en voz alta llamando la atención de todos y especialmente de Jackson.
—Cállate NamJoon, nadie necesita escucharte. —Jackson salió del laboratorio.
—¡Tus mascotas llevan muertas ocho años Jackson! ¡Ocho! —peleó hasta salir también por la puerta.
—No saben cuánto lo lamento. — añadió Jungkook cuando regresó con sus ojos grises y una sonrisa melancólica. —Ellos piden que por favor no los olviden. Recuerden que se puede encontrar una forma de regresarnos a todos.
—¿Regresarnos? Pero si tú estás aquí. —preguntó YoonGi con su ceño fruncido.
—Tengo horas para desaparecer. Soy como un mensajero. Por favor, no nos abandonen.
—Desearía poder retroceder el tiempo y nunca haber sentido tanto odio por ese viejo mal nacido. — pensó Ho Seok en voz alta.
— Lamento haberte culpado, Ho Seok. No fue tu culpa, todo estábamos llenos de ira y esto es gracias a todos. Además, si no les hubiéramos dicho que se quedaran en el castillo a lo mejor las cosas hubieran terminado mejor. —añadió Jin levantándose del suelo tocándose la frente.
—Iremos hoy mismo. No podemos dejar que ellos desaparezcan, no por completo. —mencionó NamJoon entrando con prisa al lugar. —Jackson acaba de desaparecer.
—¿Qué?
—Jackson ha desaparecido también. Al igual que Jungkook en estos momentos. — todos allí presentes observaron al menor que se desvanecía poco a poco hasta quedar en nada.
—Bebé...—las lágrimas rebeldes de YoonGi seguían bajando y éste ya se sentía cansado de tanta pérdida. —Estoy contigo NamJoon, aunque te odie. Buscaremos la manera de salvar a nuestros ángeles ahora antes de que sea demasiado tarde.
—Estoy con ustedes. No puedo permitir que mis tres hijos ni mi ángel desaparezcan por el abismo. Esto tiene que parar. — añadió Jin suspirando.
—Nos dirigimos a Busan, tenemos que buscar por todas partes. Jungkook dijo que donde menos lo esperamos es donde encontraremos la razón y todo esto tendrá su fin. — Ho Seok agarró una mochila y se la puso en la espalda. —¿Están listos?
—Iré por mi abrigo. —mencionó YoonGi.
—Yo igual. —le siguió Jin.
NamJoon miró a Ho Seok con el ceño fruncido ya que éste le miraba igual. No entendía el por qué de las competencias de miradas que ambos mantenían.
—¿Te sientes bien? —preguntó ya extrañado. Ho Seok nunca se calla, aunque esté solo, y ahora ni siquiera musitaba palabra. —¿Ho Seok?
Las manos de Ho Seok temblaron, sus rodillas flaquearon y sus ojos se cerraron rápidamente. Para su suerte no se desmayó. Sin embargo, algo había cambiado. Se sentía diferente. Como si algo hubiese cambiado.
—Listo, vámonos. —ambos chicos se encontraban afuera esperando a NamJoon y a Ho Seok.
—Ho Seok vámonos... JiMin y los demás nos esperan.
—Vamos.
Luego de unas horas de vuelo pisaron suelo coreano. Busan no era una ciudad tan grande aunque seguía siendo difícil de recorrer en un día a pie.
—¿Por qué mejor no buscamos en su casa primero? Es mejor. —sugiere YoonGi
—¿Casa de quien? — preguntó Ho Seok.
—De JiMin obviamente. —respondió NamJoon aún extrañado.
—Ah. Bien vamos.
Al llegar notan como la casa tenía hoyos. Muestras de que intentaron atacarle. Habían cajas llenas de polvo y las ventanas estaban rotas.
— Los padres sí querían mudarse... —pensó en voz alta Jin. —Pero, ¿dónde están?
—Créeme que ese no es el problema. —interrumpió NamJoon observando a Ho Seok. — ¿Qué te sucede? Llevas todo el camino dejándome inquieto.
—No me pasa nada.
—Ho Seok, ¿qué te sucede? ¿Acaso no quieres que JiMin vuelva? —los ojos de Ho Seok se encontraron con los de NamJoon y su rostro estaba completamente serio.
—Si quiero pero, antes de hacer una decisión. Alguien me puede decir, ¿quién es ese tal JiMin y por qué lo buscamos?
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Mental Illness || HopeMin
Fanfiction«Todo dios necesita a su ángel» A pesar de las separaciones, de los recuerdos olvidados, de los llantos, de las discusiones. El amor nunca será olvidado. • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • AU: Dioses y sus ángeles. El amor es una enferm...