Una o mil estaciones.

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Amo el invierno, pero no me olvido de las demás estaciones, porque sin ellas no sería capaz de escribir, de hacerte eterno una y mil veces, por lo amores fallidos y mi más grande anhelo de hacerte mío.

Porque recuerdo cada instante y ya no puedo decir si fue real, de tus caricias ya no hay rastro aunque intente volver al pasado, una marca o una mísera mancha que me indique tu existencia. . . Que fuiste real en mis mas locos tiempos.

Y el calor del desierto me dice que pare, debo detenerme por el bien de mis flores y porque las aves ya están cansadas de volar en un paisaje vacío.
-A.