XIV Capítulo

297 15 0
                                    

Rebeca Moore

Ya habían pasado dos días. Nicholas seguía sin despertar. Valeria insistía en que no debía preocuparme, pero no le hacía caso. En ese momento estaba sentada junto a la cama de Nicholas.

Seguía pensando si debía unirme a Vlad. Estaba claro que eso era lo que quería él y haría cualquier cosa para conseguirlo. Pero… tal vez, si me uno a él, las cosas vayan a empeorar para todos. ¿Era yo muy importante?, debían de haber muchas personas más que Vlad estuviera reclutando. ¿Por qué insistía tanto conmigo?

Por otro lado, estaba el grupo de Venecia, ellos querían a Nicholas humano y si no conseguían lo que querían íbamos a tener problemas. Si me iba con Vlad, tendría que dejar a Nicholas con Bruno y él había dejado claro que no lo iba a proteger. No podía dejar a Nicholas así, tal vez se transforme en mutante, pero es nuevo en todo esto. No sabe cómo actuar y tampoco en quien confiar. Seguía estando igual de indefenso.

Decidí que iba a esperar unos días más. Si Nicholas despertaba después de que me hubiera ido le dejaría una nota explicándole todo lo que tenía  que hacer y cómo actuar.

¿Estás segura de que quieres esperar unos días, Beca?, tu familia agradecería que fueras ágil en tu decisión… ya sabes, se evitan torturas. Cuando quieras hablar, vuelve a la Basílica de San Valentín, te esperamos…

Dios mío. ¿Por qué no se callaba y dejaba de amenazar a mi familia?, ¿No tenía un  poco de compasión?, necesitaba espacio para pensar. Alejarme de Vlad. Pero no podía, esa era mi tortura. No podía alejarme de mi mente. ¿Por qué?, ¿Por qué yo?, ¿Por qué tengo que pasar por esto?, ¿Por qué Nicholas?, ¿Por qué Valeria?, ¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?

Muchas preguntas… y las respuestas las tenía Vlad. ¿Qué podía hacer si la única forma de salvar a todos era sacrificando tu libertad?, no me importaba sacrificarme… me preocupaba que al unirme a Vlad lo que hiciera fuera un daño mayor. Si Vlad insistía tanto en tenerme, debía de ser importante, me necesitaba, y no debía ser para nada bueno.

Si me utilizaba para algo malo, y era tan importante, podría hacer más daño de lo que ya puede hacer él solo. ¿Qué tenía que hacer?, ¿Quedarme aquí, con mis amigos, a pelear contra el enemigo y morir en el intento junto con toda mi familia?, o, ¿Ir con Vlad y arriesgarme a ser utilizada para matar a todos los humanos, salvando a mi familia, pero sin estar segura de qué les vaya a hacer Vlad así vivan?

Podía quedarme aquí e ir a proteger a mi familia. Pero si me acercaba a ellos era seguro que Robert me entregara al consejo, y ellos me mandarían de nuevo al CIV. Si intentaba protegerlos sin que se dieran cuenta, no podría estar tan cerca de ellos sin abrazarlos y decirles cuanto los extraño. ¿Y si alguien más los protegía?, ¿Pero quién?, Valeria y Bruno no eran opción, y no tenía más amigos. Sabana era solo una Carnal, no ayudaría mucho, e igual sería ponerla en peligro.

Solo tenía una opción. Unirme a Vlad. Era la única forma de mantener viva a mi familia. ¿Qué otra opción tenía?, si me intentaba esconder, Vlad sabría dónde estaba.  

Me dirigí a mi cuarto y empaqué en la maleta algunas prendas y al fondo, escondida, un arma. Tal vez la iba a necesitar.

Salí del hotel y llegue hasta la Basílica. Había mucha gente que oraba y alababa, así que me escabullí un poco.

Aquí estoy-pensé- ¿No piensas aparecer o ahora vamos a jugar a las escondidas? 

Recibí su respuesta enseguida.

Si vas a seguirme debes aprender a respetar. Estoy detrás de ti. Agradecería que abrieras un poco los ojos.

Alguien me agarró por el codo y me arrastro hacia un pequeño rincón oscuro donde la gente no se amontonaba. Era, obviamente, Vlad. Parecía malhumorado.

Las Crónicas de Rebeca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora