Las Crónicas de Rebeca.

IX Capítulo

Rebeca Moore

Intenté dormir después de que Bruno se fuera, pero no lo logré. No podía dejar de pensar en lo que dijo.

Nicholas, creo.

¿Nicholas, el detective que me quería tras las rejas, estaba aquí, a  punto de morir?

Di vueltas por toda la habitación por largas horas. Encontré otra puerta que estaba oculta. Estaba pintada del mismo color que la pared y no tenía ningún relieve que la  delatara. No había picaporte. Empujé con fuerza esa parte de la pared. La puerta se hundió y dejó al descubierto un gran closet. ¿En serio?, ¿No podía ser una salida?, ¿Solo ropa?

No era solo ropa, había diferentes notas por todo el lugar. Tomé una.

Sé lo que debes estar pensando, Beca. ¿Ropa?, ¿Me has ilusionado para encontrarme con un montón de ropa?

Sabía que encontrarías la puerta, digo, después de lo que te iba a decir Bruno no ibas a quedarte quieta y observarías todo cuidadosamente.

Debes seguir las siguientes instrucciones, Beca, por favor, hazme caso.

Te lo imploro.

1.       Para empezar, debes elegir ropa, debes estar horrible, Elena jamás ha tenido sentido de la moda. Toma la prenda que más te guste, todo es de tu talla, si quieres puedes llevar prendas de repuesto, no vas a poder descansar por largos días, así que mejor toma algo más de ropa, hay una pequeña maleta que puedes llevar en tu espalda, echa allí todo.

2.       Elige armas, Elena tiene un fuerte sistema de seguridad y no puedes utilizar magia. Tienes ventaja, ya debes haber mutado y tienes más velocidad y fuerza, pero es mejor estar seguros, están al fondo del closet.

3.       A tu izquierda hay medicina, ya sabes, por si salen heridos.

4.       NO TOMES SANGRE. Ya sé que suena raro, pero vas a sentir inmensos deseos de sangre, aliméntate de comida Carnal, esa es una ventaja de los mutantes, pueden sobrevivir sin sangre, no como los vampiros.

5.       Espera a Bruno, él y Nicholas te están buscado.

6.       NO SALGAS DE LA HABITACIÓN.

Por favor, Beca. Sigue estos pasos, no me hagas sufrir.

Con amor,

Kat.

¿Kat?, ¿Qué hacía ella metida en todo este enredo?, ¿Mi pequeña prima?

Si lo decía Kat, obviamente que iba a obedecer. Observé la ropa por un largo momento.

Me terminé decidiendo por camisa blanca que tenía un tigre estampado en el centro, una chaqueta de cuero negro, unos pantalones del mismo color, unas botas también negras que llegaban  a los tobillos y unas gafas de piloto de lente oscuro.

En la maleta llevé algunas faldas y camisetas, algunos pantalones cómodos y otros no tanto.

Busqué las armas. Elegí unas pistolas y uno que otro cuchillo, los eché en la maleta junto con la ropa.

Tomé el tarro de aspirinas, unas vendas, desinfectantes, pastillas de todo tipo y una linterna que había por ahí.

Intenté peinarme el cabello para que no se viera tan mal y cerré la puerta escondiendo el resto de la ropa.