Las Crónicas de Rebeca.

Capítulo XXIX

Nicholas Miller

Rebeca me daba miedo ahora. ¿Cómo podía matar de ese modo?

Además… tenía muchas preguntas. ¿Por qué ese chico le había pedido que se besaran?, ¿Habían tenido algo?, ¿Por qué había dicho que la habían protegido?

En ese momento llegábamos al hotel. Nos despedimos de los demás y entramos a la habitación. Me quedé mirándole mientras se quitaba los zapatos.

-¿Qué?-me preguntó.

-¿Por qué pidió que lo besaras?

-Le gustaba, fue una estupidez. Además, algo los está afectando. No sé.

-¿Te han protegido?

-Hace unos años… cuando tenían unos 14 años, el consejo mató a alguien que quería. Mi familia me dio la espalda por un momento y los Elegidos me ayudaron por unas semanas. Eso fue todo.

-Vale.

-¿Qué te pasa?

-¿A mí?, nada.

Se quedó callada mirándome un momento.

-Tienes que acostumbrarte-dijo- Esto es lo que soy en realidad. Voy a matar a mucha gente y no voy a sentir resentimiento. Voy a hacer sufrir y voy a disfrutar con ello. Tú tienes que aprender a afrontar eso, porque no tienes más opción. Ya no eres humano, ahora perteneces a este mundo y lamento decirte que no tienes oportunidad de retractarte, tú has elegido todo esto.

-¿En serio, Beca?, ¿He elegido esta vida?

-Sí. Hubieras podido quedarte en casa y no seguir a Elena hasta encontrarme.

-Quería conocerte.

-Querías acabar conmigo.

-Rebeca… te quería conocer, te he perseguido y he recorrido todo el mundo para protegerte, porque…

Me callé. No se lo podía decir. No, no.

-¿Por qué?

-Nada. Tengo que dormir. Buenas noches.

O4/12/13

Ya volvíamos a la casa. Los demás habían desaparecido y sólo quedábamos nosotros dos. Cuando llegamos Sabana y Rebeca se encerraron en uno de los cuartos y empezaron a hacer cosas de chicas.  Rebeca no me hablaba más, al parecer le había molestado que no hubiera terminado la frase.

-Hay que empezar a entrenar. No puedes ser así de incompetente. Vamos.

Salimos al prado y Robert hizo que me sentara.

-¿Sabes golpear?-preguntó.

-Era agente secreto, sé hacer mucha variedad de cosas.

-Bien. ¿Cuál es la mejor arma contra los brujos?

-Hierro. He leído libros sobre eso.

-Felicitaciones. ¿Sabes alguna cosa sobre hechizos?

-No.

-¿Cómo piensas defenderte?

-Igual que los otros mutantes. Antes de que me lancen un hechizo, yo ataco.

-¿Te gusta Rebeca?

-¿Tiene algo que ver con el tema?

-¿Te  gusta responder preguntas con más preguntas para evadir respuestas?

-¿Igual que tú?

Se echó a reír. Era apuesto. Bueno, ese pensamiento fue muy poco masculino.