A primera vista

Estrellas

Me puse un poco nervioso cuando Luis, tu hermano, me preguntó cuáles eran mis intenciones contigo.

Tú no estabas presente, por eso no sabes que le confesé que me interesabas.
Él me miró y tomó una bocanada de aire.
—Mira... —me dijo—. Nire no conoce mucho del mundo. Y, por su condición, es un poco difícil para mi creer que realmente vayas enserio con ésto.
—No entiendo de qué hablas. Nirelle no está enferma, simplemente no puede ver.
—Eso la hace diferente, y hace que su vida sea más complicada que la nuestra.
—Deberías darle una oportunidad. —le dije, sonando más duro de lo que pretendía—. Quiero decir, ella no puede relacionarse mucho con las personas, pero eso es porque la han mantenido recluida. Si está encerrada, es evidente que no pueda tener una vida normal.
—No te conozco bien. — dijo al fin, cavilando.
—Lo sé. Y no te pido que confíes en mi. Pero, si es posible, déjame prometerte que nunca he tenido malas intenciones con tu hermana. Nunca he visto que tiene un defecto, me parece una persona extraordinaria y llena de posibilidades. Sólo quiero darle esas opciones para que pueda desarrollarse.
¿Sabías que ella quiere salir? Lo anhela, pero no te dice nada porque siente que ya has hecho demasiado por ella y no quiere ser una carga para ti.

Él se vió pensativo y bajó la cabeza.
—Te daré una oportunidad. Sólo porque Nire me pidió que se lo concediera. Pero Ángela irá con ustedes.
—Sí —reprimí una sonrisa—. Gracias.

Esa noche, cuando me dirigí a mi casa, sentí que las estrellas me sonreían.