• Prólogo •

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What if, what if we run away?
What if, what if we left today?
What if we said goodbye to safe and sound?
And what if, what if we're hard to find?
What if, what if we lost our minds?
What if we let them fall behind and they're never found?

And when the lights start flashing like a photobooth
And the stars exploding, we'll be fireproof

-•-

Otro día más, otro won ganado. Era difícil ser extranjera en Corea, todo por una beca en la Universidad.

Frey tenía una vida un poco... aburrida. No tenía muchos amigos y se pasaba todo el día trabajando en la cafetería del centro del Mall. Necesitaba un cambio.

Había terminado su turno y ya era de noche, entonces se propuso comprar ramen instantáneo y volver a su apartamento.
En lo que entró al pequeño almacén de cerca del Mall, un grupo de chicos, debían ser tres, entraron riendo y hablando demasiado fuerte para su gusto.

Uno era bastante alto, con una sonrisa que le hacia marcar sus hoyuelos, pareciendo bastante tierno a pesar de que los tres tenian una imagen un poco rebelde. Ese fue el que le llamó la atención mientras el sacaba una lata de cerveza y la abría en el mismo almacén para tomarla.

— Señor Kim, ya le dije que no puede hacer eso— dijo el joven que atendía la caja, rodando los ojos aunque un poco temeroso, mientras caminaba hacia el.

— Vamos Wong, sabes que no haremos nada malo— agregó el segundo de los chicos, abrazando al encargado. Este era un poco mas bajo que "Kim", cabello rojizo y una sonrisa contagiosa, y estaba abrazando varios paquetes de papas fritas y golosinas.

"Uno... dos... ¿Dónde estaba el tercero?" Se preguntó la chica, mientras se acercaba con su pote de ramen a la caja, para irse lo mas rápido posible. Hasta que sintió un escalofrío detrás de ella.

El que faltaba. Un joven totalmente diferente a los otros dos, tomando dos cajas de cigarrillos y sacando un poco de dinero de su bolsillo, callado e inmaculadamente tranquilo. Tenía el cabello azul, su piel pálida como la nieve y varios aros en su oreja. Parecía sacado de un manga de Ai Yazawa.

El tal Kim llamó a aquel chico de cabello rojizo, lanzandole un pack de cervezas que no logró atrapar, haciendo que las bolsas semiabiertas de chips y golosinas cayeran al suelo esparciéndose junto con las latas de cerveza explotando contra este.

— Mierda — dijo el azulado entredientes, tomando sus cigarrillos y el ramen de la chica, mientras los otros dos se quedaban mirando al encargado en silencio antes de la tormenta.

Fue cuestión de segundos para que el dueño del almacén llegue y comience a gritarles a los dos chicos, corriendolos con una botella de plástico en su mano por todo el almacén, haciendo aún mas desastre que antes, aunque ellos solo reían.
— ¡NO VOLVEREMOS A HACERLO!— decía el mas alto.
— ¡Pero claro que no! ¡SI VUELVEN LOS MATO! — dijo el dueño, correteándolos.

El chico de azul le tomó la mano a ella mientras Kim y el pelirrojo corrian hacia la puerta, tirándola junto a ellos y corriendo casi dos cuadras lejos de allí.

— ¡Suéltame!— dijo ella cuando finalmente se alejaron. Se encogió de hombros y la soltó, prendiendo un cigarrillo. La luz del encendedor alumbraba mas sus facciones y ella cada vez sentía mas que estaba en un maldito manga shojo.

— ¿Quieres venir con nosotros? Te daremos algo por los daños— dijo el pelirrojo con una sonrisa un poco avergonzado.

— No — respondió ella, sacando su ramen del bolsillo del azulado.

El joven pálido arqueó una ceja y se propuso a seguir caminando, haciendo que ella se quede parada sola mientras los otros dos la miraban.
— Vamos— dijo el chico — ¡Disfruta tus peliculas románticas y tu ramen barato!- agregó soltando un poco de humo por su nariz.

Y O U T H .- || M.Y.GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora