Se había hecho la tarde y Frey seguía en el mostrador, viendo como la gente iba y venía. YoonGi se fue un poco después de que ella le diera su pedido, junto con la chica de voz insoportable, pero algo en los ojos del chico pedía perdón. ¿Porqué? Esa era la pregunta que se hacía ella misma.
Terminó su turno y caminó a su apartamento, recordando que iba a comprar algo para comer con Jessa.
Fue al almacén el cual el día anterior estaba hecho un completo desastre, pensándolo dos veces. Sentía una sensación de placer y nervios al entrar de nuevo, pero no tenía otra opción, no conocía otro en el camino a casa.
Sacó un paquete de papas fritas, otro de palomitas y una gaseosa cola de la nevera, y las llevó al mostrador.
- ¿Tú no eres la chica que estaba ayer con esos chicos?- preguntó el mismo chico del día anterior, Wong, rodando los ojos.
-Estaba en el mismo espacio físico, pero no con ellos. ¿Me das una caja de cigarrillos mentolados también?
Wong le acercó la pequeña caja y computó los productos, mostrándoles el precio total a ella.
- Deberías cuidarte si es que te reúnes con ellos. No son malos, pero suelen andar en problemas todos los días.Frey le pagó asintiendo y mordiéndose los labios. No creía realmente que volvería a verlos después de esas apariciones extrañas y hasta tenebrosas que tuvo durante el día. Pero seguía pensando en YoonGi, y en esa chica. No porque le gustara o lo que sea, sino porque... no se imaginaba que él estaría con alguien así.
[...]
Al llegar a casa, se tiró en el sofá y sonó el timbre. Bufó y vió, por la pequeña cámara enfocada a la entrada, a Jessa con un chico al que se le veía muy poco el rostro. Frey sonrió al ver que el chico besaba a su amiga y se iba, haciendo que su propio corazón diera un vuelco.
Inmediatamente luego de ese beso, ella bajó corriendo y le abrió la puerta, con una sonrisa igual de enorme que la de la chica de cabello corto.
- Creo que tienes que contarme algo- dijo la pelirroja, tomándole la mano y tirándola hacia dentro, arrastrándola casi por todo el edificio hasta llegar a su apartamento.
Al entrar, Frey se sentó en el sofá con la bolsa de palomitas, expectante por la historia de la enamorada.
- ¿Ese es Jeon? No podía verle el rostro- dijo haciendo un puchero.Jessa solo sonrió y se cubrió el rostro con las manos, sentándose luego en el sillón en diagonal a la dueña de casa y abrazando sus rodillas.
- S-Si, es él. Salimos hoy, y tomamos un helado, nada importante.- Claro, nada importante, tampoco el beso que te dió antes de irs~- su oración fue interrumpida por un almohadón en su rostro- ¡HEY!
La morena sólo reía hasta que le llegó un mensaje y lo leyó entusiasmada. Frey se acomodó el cabello y la miraba entre feliz y un poco deseosa de poder tener algo como ella y Jeon.
- Estoy destinada a morir sola con gatos. Cuando ustedes tengan hijos, ¿Puedo ser la tía genial que los lleve a todos lados cuando ustedes no quieran?- Cállate que tengo alguien para presentarte. Es del grupo de mi hermano, y es bastante similar a tí. Quizás lo conozcas en la fiesta, no quiero asustarte, ni tampoco quiero que mi hermano mate a mi conejito.
- ¿Conejito?- Preguntó Frey riendo. - ¿Ya tienen apodos? ¡Jessa vas a matarme!
Siguieron toda la noche hablando, sin ver películas. Frey quería escuchar a su amiga, y olvidarse de que quizás si seguía como estaba, iba a quedarse sola.
No quería preguntar del amigo de su hermano, realmente esas situaciones la ponían muy nerviosa, y por eso decidía hablar de Jeon, que no tenía nada que ver con ella.- Entonces bueno, me dijo que iba a hablar con mi hermano al respecto, porque dice que le gusto mucho- dijo ella sonrojándose. Frey estaba trayendo de la cocina su cenicero, haciendo que su interlocutora ruede los ojos.
- Ese chico está malditamente loco- dijo encendiendo su cigarrillo y mirándola con una sonrisa.
La invitada solo sonrió y se encogió de hombros. De verdad pensaba lo mismo que Frey, su chico estaba loco como para enfrentarse a su hermano. Y tenía miedo.
Pasaron las horas y ellas seguían hablando, hasta que no podía mantenerlo por mucho más.
- Jessa, ¿qué se siente cuando te gusta alguien? - preguntó curiosa. Era algo que ella no había sentido antes, nunca le había "gustado" nadie.- Oh, sientes mariposas, como que el tiempo se para cuando estás con él, quieres besarlo todo el tiempo y que te cuente todas las cosas que hizo en el día, aunque sean pequeñas y no le parezcan importan~- fue interrumpida por Frey.
- Oh, entonces no estoy enamorada- dijo sonando aliviada. Jessa rodó los ojos e infló sus mejillas para luego soltar el aire, frustrada.
- ¿De quien creías que estabas enamorada?- preguntó la chica de cabello marrón.
- De uno de los chicos que conocí ayer, pero creo que solo me siento extraña con él porque de por sí es extraño- se encogió de hombros, dandole otra pitada a su cigarrillo.
En ese momento, el sonido de un mensaje salió del teléfono de Frey. Ella miró la hora y ladeó la cabeza.
- ¿Quién me manda mensajes a las 4am?- preguntó tomando su teléfono y viendo que era de un número desconocido.<<Hola Frey, ¿sigues despierta?>>
ESTÁS LEYENDO
Y O U T H .- || M.Y.G
Fanfiction"-Jessa, ¿qué se siente cuando te gusta alguien? - preguntó curiosa. Era algo que ella no había sentido antes, nunca le había "gustado" nadie." "- Oh, sientes mariposas, como que el tiempo se para cuando estás con él, quieres besarlo todo el tiempo...