• Capítulo III •

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El viento comenzó a correr más fuerte, viniendo de otra dirección en el momento justo que ella iba a prender su cigarrillo, haciendo esta tarea casi imposible.

Lo trató de nuevo.

Y de nuevo.

Hasta que YoonGi se comenzó a estresar.

El chasqueó su lengua y negó con la cabeza, guardando su encendedor. Luego tomó el cigarrillo desde los labios de ella y se los puso en los suyos, presionando su propio cigarro contra la punta del de ella y prendiéndolo finalmente.

Ella había quedado atrapada en ese momento en el que el se lo quitó, y tuvo que reaccionar rápido cuando se lo devolvió.
- Aquí tienes- dijo el, volviendo a poner el suyo en su boca y esperando que ella se mueva. - ¿Acaso no tienes que ir a la universidad y ser una buena niña en un par de horas? Luego no me culpes- dijo encogiendose de hombros.

Ella retomó el camino, soltando humo de su boca junto a él casi al mismo tiempo, sintiendose en sintonía de alguna forma extraña.

- ¿Desde cuando fumas? - preguntó ella, mirandolo a los ojos, o al menos tratándolo. El solo iba con su mano en el bolsillo y la otra balanceándose, esperando la próxima pitada.

- ¿Acaso importa? - preguntó sin mirarla, enfocado en el suelo, pateando una piedrita. No solía hablar de él, ni menos con extraños.
Notó que ella se hizo para atrás, un poco avergonzada de haberle preguntado eso, y el suspiró, decidiendo ser mas suave.

- Hace siete años... desde mis 18- dijo inhalando un poco más y soltándolo luego, pateando lejos aquella compañera que habia encontrado unos cuantos metros atrás en el camino- ¿Tú? - preguntó.

- Desde los 15, aunque no lo hago mucho- dijo sincera, soltando el humo por la nariz. De alguna forma su cigarrillo había quedado con sabor al whisky que él estaba tomando, y eso la ponía un poco nerviosa.

Se quedaron en silencio luego de que el asintiera, ella mirando las luces de la calle y como alumbraban esta haciendola parecer mojada, y siguieron caminando unas pocas cuadras más, pasando el almacén donde lo había conocido y riendo por lo que había sucedido.

Al llegar a su edificio, uno un poco viejo, con ladrillos a la vista y una puerta de vidrio mostrando al portero sentado en su escritorio enfocado en su dorama, se paró y tiró la colilla a un lado mientras él prendía otro más.
- Gracias- dijo ella sin mucho más para decir.

El sonrió apretando sus labios en una línea y movió su mano para saludarla mientras ella caminaba hacia adentro, rascándose la nuca por la incomodidad que habia entre ambos.

Ella entró y caminó al elevador, y se volteó a verlo a través de la puerta, notando que solo se había quedado parado fuera tirando humo.

Por un impulso, corrió hacia el y se mordió el labio.
- H-Hace frío... ¿no quieres un café? - Le preguntó insegura de sus palabras.

YoonGi volteó a verla y soltó humo, sonriendo casi imperceptiblemente y meneando su cabeza suavemente.
- No, gracias, ya me iba- dijo sereno y movió su mano en un saludo, emprendiendo la vuelta al bosque con el resto de los chicos, dejándola a ella parada en la entrada.

[...]

Dos horas y media después, 8am.
Frey estaba con sus auriculares escuchando Troye Sivan en su teléfono, caminando hacia la universidad.
Tenía todos los rasgos posibles de una persona desvelada, haciendo que junto con su ropa, un pantalón con estampado escocés rojo, una camiseta negra de los Sex Pistols y una campera de cuero gastada, se viera como una chica perdida.

Llegó 15 minutos antes a clase, y se sentó en la escalera de la entrada, prendiendo un cigarrillo y viendo en su teléfono que otra canción escuchar hasta que sintió una mano apoyada en su hombro y rodó los ojos, quitándose sus auriculares.

- "Sibis qui fimir vi i mitirti" - dijo imitando la voz de su interlocutora, sabiendo exactamente lo que iba a decirle.

- Exacto, sabes que fumar va a matarte. - Dijo su amiga, sentándose en el escalón a su lado y mirándola fijamente. - Estás de muerte, ¿te quedaste estudiando anoche? - continuó.

La chica era la contraparte de ella, en todo sentido. Tenia cabello negro y corto, sus facciones bastante femeninas y ojos rasgados. Su voz era tierna y era de esas chicas que cuando las veías, automaticamente te daban ganas de ser su amiga.

- Jessa, no estoy de humor- dijo bufando y cerrando los ojos. - Ayer me pasó de todo, y básicamente terminé pasando la noche con 7 chicos que no conocía hasta entonces- los abrió y la miró alterada, moviendo sus manos en negación- ¡NO ES LO QUE PIENSAS! No hice nada, solo pasamos el tiempo y tomamos unas cervezas- agregó tratando de hacerle entender.

Jessa solo sonreía y negaba con la cabeza, mordiéndose el labio curiosa.
- Por algo te quedaste ahí, no es que te ataron o algo, o al menos eso espero, pervertida- dijo riendo.

Frey rodó los ojos en una ronrisa, sintiéndose mejor por solo hablar con ella. Desde el comienzo, Jessa había sido su única amiga, a pesar de no conocer mucho de ella, más que tiene un hermano y que estudiaba Diseño de Indumentaria con ella.

- ¿Quieres venir a casa hoy? Me vendría bien una noche de chicas, y quitarme estas ojeras con el remedio casero de tu madre- agregó tocándose el rostro, maldiciendo por dentro lo despistada que fue por no ver la hora antes e irse de allí. Pero es verdad, algo había que hacía que se haya quedado, y probablemente era que a pesar que no conocía a ninguno de esos chicos, se había sentido parte del grupo al instante.

Y O U T H .- || M.Y.GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora