Prólogo

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Hoy (15 de mayo)

(Agustín)

Que la chica que amas este incada frente a ti, proponiendote matrimonio, es el sueño de cualquiera chico enamorado. Ha sido mi sueño desde que conozco a Carolina Kopelioff, desde el momento que la vi supe que quería pasar toda mi vida entera a su lado.

Siempre pensaba en la forma en que le propondría matrimonio, la manera en la que le pediría ser mi mujer, y cada que lo hacía mi mente se quedaba en blanco. Carolina es una chica excepcional que merece lo mejor y simplemente todas las ideas para proponerle ser mi esposa eran una ridiculez a lado de lo que ella merece.

Pero esto, lo que esta haciendo ella, es perfecto. Nunca antes había sentido una bomba de emociones dentro de mí. Ver cada una de esas fotografías me trajo tantos recuerdos que en realidad no dudaría en aceptar para así acumular más recuerdos.

Todos esos escritos que hizo ella misma, sólo me hacen imaginarmela redactándolos mientras pensaba en mí, y eso es algo que realmente me hace sentir afortunado.

Verla a ella de rodillas con sus ojos brillando esperando una respuesta de mi parte, es lo más bello que he visto en mi vida. Es tan mágico y especial el momento que quisiera guardarlo para siempre en mi memoria, porque jamás me imagine a Carolina proponiéndome matrimonio, y menos después de todo lo que ha pasado entre nosotros.

-¿Y bien?- sacudo mi cabeza dejando de lado todos mis pensamientos y me concentro en lo impaciente que esta la morocha frente a mí- ¿qué dices?, ¿aceptas?- noto como se muerde un labio intentando sonreír. Sus manos tiemblan y sus ojos cada vez pestañean más rápido. Esta muriendo de nervios.

-¿Qué?- es lo único que logro decir. Es como si mi mente estuviera bloqueada y mi boca se haya quedado muda.

Me quiero golpear al ver su cara de disolución al escuchar mi respuesta, ¿y quién no sé sentiría así si estuviera en el lugar de Carolina?

No es nada común que una chica le proponga matrimonio a un chico por lo mismo de que ellas no son tan fuertes como nosotros para soportar un no por respuesta. Y yo sé como es Carolina, ella nunca da el primer paso, nunca da a conocer lo que quiere y es muy poco común que exponga sus sentimientos y deseos a los demás. Por eso nunca me imagine que si alguien le pidiera casarse al otro, sería ella.

Y el que no le haya contestado me convierte en la persona más cruel sobre el mundo, justo ha de pensar que la estoy rechazando y eso seguro la pondrá muy mal.

-Esta bien , lo entiendo- suspira y de cualquier manera busca no chocar su mirada con la mía. Se pone de pie y mira a otro lado- debí imaginar que no querrías, estamos muy jóvenes y seguro quieres conocer más chicas y hacer otras cosas antes de casarte- siguió con su nervioso baile de manos- además que ni siquiera somos novios...bueno, nunca lo hemos sido de verdad.- niega con la cabeza y se da media vuelta caminando hacia la mesa decorada con velas, comienza a apagar cada una de estas.

Observo cada uno de los movimientos que hace, y en cada uno de ellos sigue temblando y siento un terrible pavor de que en algún momento se desmaye.

A kilómetros de distancia se ha de notar lo vulnerable que se siente justo ahora. Cierra constantemente muy fuerte sus ojos como reprimiendo las lágrimas, ojala me caiga un rayo en cima por haber sido capaz de arruinar tan especial momento.

-Caro, espera- camino decidido a ella y aunque aún me encuentre en shock, tomo sus manos deteniendo cada tembloroso movimiento que estas ejecutan- no te he dicho mi respuesta.- ella alza su mirada hasta encontrarse con la mía y como si no pudiera resistir sentir mis ojos sobre los de ella comienza a llorar.

Te amo (Aguslina) (TE #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora