Capitulo 4

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La noche había llegado y la aldea de Ferestes estaba tranquila, ninguno de sus habitantes pensaba que los Thiores regresaran tan pronto, y menos esa misma noche

 Ciara esperaba a su padre sentada en la mesa con la cena preparada, no sabia por que pero esa noche estaba muy nerviosa, tenia un mal presentimiento y el retraso de su padre a cenar la ponía aun mas nerviosa.

-Siento el retraso hija, los muchachos estaban dejando todo listo para comenzar mañana con la construcción de la nueva escuela- decía Orestes entrando en su casa

 -Papa pareces cansado, anda siéntate y cena- Ciara se sintió aliviada al ver a su padre entrar en la casa- ¿crees que tardaran mucho en acabar la nueva escuela? Tengo ganas de que todo regrese a la normalidad

 -No se cielo, eso lleva su tiempo ya lo sabes- a Orestes le encantaba la poca paciencia que su hija mostraba cuando se trataba de los niños del pueblo

 -Voy un momento por un poco  de agua a la fuente padre- dijo cargando con el cántaro, y saliendo por la puerta – no te preocupes que esta aquí al lado- respondió antes de que su padre abriera la boca

Mientras llenaba el cántaro en la fuente admiraba el brillo de las estrellas, pero no conseguía estar tranquila, había algo en ese silencio sepulcral que la asustaba y de pronto, el silencio desapareció, se oyeron gritos, disparos, caballos.

 -Dios mío, otra vez no- Ciara soltó el cántaro y salio corriendo dirección a su casa, tenia que ver a su padre

 Los gritos de la gente resonaba por toda la aldea, había sangre por todos lados y fuego, alguna casas estaban ardiendo, incluyendo la suya, su padre.

-¡Padre! ¡Padre!- trataba de entrar pero las llamas se lo impedían, cuando de repente vio a su padre luchando con uno de los guerreros, unos metros tras la casa.

 -¡Ciara, corre, huye hija!- Orestes gritaba a su hija mientras blandía su espada contra su contrincante

 Ella obedeció a su padre y comenzó a correr hacia el bosque, cuando un guerrero la atrapo, la tiro al suelo y se tiro encima de ella

 -¡Suéltame!-gritaba mientras lo golpeaba, pero no conseguía deshacerse de el

 Entonces el guerrero de repente dejo de forcejear y cayó a un lado, y detrás estaba Louis, su amigo, con su espada en la mano

-¿Estas bien Ciara? Tienes que irte, escóndete en el bosque, corre- pero entonces sintió un fuerte dolor en el estomago  y se desplomo ante ella

 -¡No! ¡Louis! ¡Louis!- Aquel guerrero le había matado, había matado a su amigo, cogió la espada de el y se dispuso a luchar cuando vio quien era

-Al fin te encuentro maldita entupida, esta vez no escaparas de mi-volvía a mirarla con aquellos fríos ojos-¿Qué piensas luchar con migo?- se estaba riendo de ella

-Acaso no te gane la ultima vez, ¿Por qué iba a ser distinto ahora?- lo enfrento a pesar del miedo que sentía, ese hombre había matado a su amigo y se merecía todo su desprecio

-Te arrepentirás de haber dicho eso- Se lanzo contra ella con su espada alzada y comenzaron a luchar, ella sabia muy bien como llevar su espada, su padre le había enseñado todo lo que debía saber, pero el era demasiado fuerte- ¡Agh! malita zorra- le escupió cuando ella logro herirle de nuevo, esta vez en el brazo

Con mucha mas furia, se lanzo contra ella, y la golpeo obligándola a soltar su espada, la agarro por el cuello y la levanto en el aire, ella sintió como le faltaba el aire

- Y ahora que voy ha hacer con tigo – sonreía – Mmm   tienes un buen cuerpo, si, ya decidí, te capturare como esclava y vivirás el resto de tu vida sirviéndome Ese será el peor castigo para ti, me servirás en todo, y disfrutare mucho de ti preciosa

-¡Vete al infierno!-Ciara saco toda la rabia de su interior, ese hombre pretendía llevársela como esclava ¿Qué iba a ser de ella ahora?

Sintió un fuerte golpe en la cara, ese guerrero la había golpeado, y todo se volvió oscuro

Cuando despertó estaba atada por las manos, junto a mas gente de la aldea, unos guerreros, estaban disponiendo todo para sacarlos de la aldea, en donde todo estaba en llamas y apenas quedaba gente. Pero y su padre ¿Dónde estaba? ¿le habría pasado algo?

Brenta, una de sus alumnas de la escuela estaba junto a ella, lloraba sin cesar y tenia sus manos manchadas de sangre

-Tranquila pequeña yo estoy con tigo, no voy a dejar que te pase nada- dijo abrazándola

-Oh que tierno- dijo con desprecio el guerrero que se encontraba junto a ellas riéndose - ¡Vamos, que los jefes partieron hace rato y no queremos retrasarnos!

EvergreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora