------------------------------------------------Ciara-------------------------------------------------------------------------------
Ciara estaba muy confundida, había dormido abrazada a el, y se había sentido tan bien entre sus brazos.
Pidió a unos esclavos que le trajeran agua y mientras Brenta desayunaba, preparo la tina y se sumergió en ella, se sentía tan relajada con el agua rozando su piel
-¡Ciara! Me deje la espada en la tiend...-cuando escucho la voz de Alieth ya era tarde, el había entrado en la tienda y estaba justo delante de ella, mirándola con deseo
-La espada esta junto a la mesa –las palabras apenas le salían, uso sus brazos para cubrirse, pero el no dejaba de mirarla, hasta que se oyeron las voces de los guerreros fuera de la tienda y el pareció reaccionar
-Esto.. . Gracias – Alieth se apresuro a salir de la tienda con la espada y ella permaneció en la tina, no podía borrar de su mente la forma en que la miraba
Después de limpiar un poco en la tienda, cogió la ropa sucia y se dispuso a salir de nuevo al rió para lavarla, Brenta quiso acompañarla y no pudo negarse
Mientras Brenta jugaba a tirar piedras al rió, Ciara lavaba la ropa arrodillada en la orilla
-Vaya vaya que escena tan linda – al oír esa voz Ciara se giro y lo vio agarrando a la pequeña del brazo, era el hermano de Alieth, Ereter –Pero que niña tan linda tenemos aquí
-¡Suéltala! No es mas que una niña déjala tranquila –la pequeña estaba llorando y ella no sabia que hacer para que el la soltara
-Oh vamos, no pensaras que siempre va a ser así – esa sonrisa fría que mostraba la asustaba demasiado –crecerá y se convertirá en una hermosa jovencita que tarde o temprano será tomada por algún guerrero
-No lo permitiré-cuando se dio cuenta el estaba cerca de ella y la miraba amenazante –haré lo que sea necesario por sacarla de este maldito infierno, ni tu ni ningún Thiore la tocara jamás
-Así que estas dispuesta ha hacer cualquier cosa por sacarla de aquí –se acerco mas a ella arrinconándola contra uno de los árboles que había alrededor del rió –de acuerdo, hagamos una cosa, te espero en mi tienda en media hora, allí tu y yo hablaremos del futuro de la pequeña, ¿Qué te parece?
-No voy a ir a tu tienda, no confió en ti -¿Qué le hacia pensar a ese hombre que ella acudiría a esa cita?
-Pues tendrás que hacerlo preciosa, porque soy el único que puede garantizar que esta preciosa niña pueda regresar a su aldea –después de esta ultima frase se marcho dejándolas a ella y a Brenta solas en el río
Ciara no paraba de pensar en que podía hacer ella, no confiaba en Ereter, pero ya había oído a algunas esclavas decir que cuando las niñas crecían eran vendidas a otros guerreros para que las tomaran, y ella no podía permitir que eso le pasara a Brenta. El dijo que podía garantizar que volviera a la aldea, y si eso era posible, ella tendría que hacer todo lo que fuera necesario .
Ordeno a Brenta que permaneciera en la tienda y salio de ella dirección a la tienda de Ereter, estaba asustada, pero sacaba todo el valor que podía para enfrentarlo. Recordaba que una de las esclavas le había indicado en una ocasión la tienda de ese maldito.
-¿Hola? –Esa tienda no se parecía en nada a la de Alieth, era fría y oscura, había armas por todos lados, y solo una mesa y una silla en el centro de la tienda, en el fondo había una cama en la que el estaba tumbado
-Sabia que vendrías –permanecía tumbado en la cama pero no dejaba de mirarla de arriba abajo, cosa que a ella le hacia temblar –Por que no te acercas, ¿quieres tomar algo?
-Ahórrese esa condescendencia, y vallamos al grano . Usted me dijo que podía regresar a Brenta a la aldea ¿es eso cierto?
-Por supuesto yo nunca miento –se levanto de la cama y se acerco a ella a paso ligero – ¿pero no pensaras que esto te va a salir de gratis?
Sin saber como en un instante, el estaba encima de ella, la agarraba por los brazos y comenzaba a besarle el cuello. Ciara lo empujaba con todas sus fuerzas y al ver que no podía librarse de el, le araño la cara, obligándolo a soltarla . Ella corrió hacia la salida de la tienda, pero pronto cayo al suelo, el la había alcanzado.
-¡Suéltame! –Estaba desesperada, sabia perfectamente lo que ese maldito pretendía, no hacia mas que pensar en Alieth, en que el llegara a tiempo para salvarla y al parecer sus suplicas fueron atendidas
Ereter salio disparado hacia una esquina de la tienda, Alieth le había golpeado y permanecía con la mirada furiosa mirando a su hermano.
-¡Te dije que no la tocaras! –Su voz parecía furiosa, y ella no podía dejar de mirarlo
-Yo no hice nada hermanito, fue ella la que vino a mi tienda –Ereter parecía satisfecho viendo la reacción de su hermano – ¿O vas a negarlo preciosa?-dijo mirándola a ella
Alieth la miro con furia y Ciara no pudo mas que bajar la mirada, entonces noto como el la agarraba del brazo de forma brusca y la sacaba de la tienda