Capitulo 30

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Cerro la puerta tras de si con un portazo y no pude soportarlo mas, me desplome, lloraba abrazada a mi misma. Me dolía, me dolía estar lejos de el.

Claere entro en la habitación y me abrazo, me acompaño a la cama.

-Cielo descansa, mañana es el ultimo día que tendremos paz en este reino, y tendrás que acudir a la cena de convocación de todos los representantes y capitanes de las tropas –me ayudo a acostarme y me dio un beso

Apenas pude dormir en toda la noche, no hacia mas que pensar en el.

Por la mañana, Claere entro en la habitación y me dijo que el desayuno estaba listo y que todos se disponían a bajar. No estaba preparada para enfrentar a Alieth y hacer como si nada pasase ante todos así que pedí a Orestes que me disculpara ante los demás.

Tocaron a la puerta y era Westbord.

-Disculpad Ciara, me encontré a Claere en el pasillo y me dijo que os encontrabais mal –hizo una reverencia –espero que os mejoréis pronto

-Estoy segura de ello Westbord –le sonreí-nos veremos en la cena

El día paso demasiado rápido para mi gusto, no salí de mi habitación en toda la tarde ni para la hora del almuerzo.  Pero saque fuerzas de donde pude para la cena.  Me di un baño y me vestí con mis mejores galas, esta noche celebraría el apoyo de mi pueblo .

Me puse un vestido rojo, con mangas a mitad de los brazos y un escote amplio, recogí todo mi pelo colocando pequeños pasadores negros alrededor de mi recogido. Y por ultimo use las mejores joyas de mi madre, un conjunto de pendientes, gargantilla y pulsera de rubíes.  Resalte mis labios con el color rojo y mis ojos con un toque de sombra negra.

Todos esperaban en el recibidor cuando aparecí bajando la escaleras.  Parecían impresionados me miraban como si fuera la única mujer de la tierra y Alieth, no dejaba de observarme de arriba abajo.  Al llegar al ultimo escalón, Orestes se acercó a mi y me tendió el brazo, que yo acepte y caminamos hacia el comedor.

Todos nos sentamos en nuestros asientos a mis lados estaban Orestes y el príncipe Westbord .

-¿Se encuentra ya mejor Ciara?-Westbord parecía interesado en conocer mi estado de salud –Lo cierto es que tiene mejor cara, esta mañana la encontré excesivamente pálida .

-Lo cierto es que si Westbord, me encuentro mucho mejor –Alieth permaneció atento a nuestra conversación

La cena paso sin ningún incidente. Lo cierto es que me divertí bastante, todos charlaban animadamente, aunque Alieth no dejaba de mirarme, cosa que me incomodaba un poco.

-Bien señores, creo que llego la hora del brindis –indique que nos trajeran la champaña y lo sirvieran, yo brinde pero no bebí –Señores, por la paz, por Evergrene

Todos chocaron sus copas y bebieron.

Después nos dirigimos al salón todos se tomaron una copa, yo sin embargo me tome un te, me venia muy bien para los nervios .

Estaba charlando con Claere animadamente, cuando uno de los soldados llamo a Orestes, a los diez minutos Orestes entro de nuevo a la sala con una gran sonrisa y se dirigió hacia donde yo estaba.

-Princesa –parecía contento –Las tropas del sur acaban de llegar y creo que deberíais atender al soldado al mando .

-Claro, que le hagan pasar –me levante del sillón con la taza de te en la mano

-Buenas noches –su voz me sonaba y cuando le vi, me quede fría como el hielo, no era capaz de reaccionar la taza resbalo de mis manos y unas lagrimas resbalaron por mis mejillas.

No podía creerlo, pensé que estaba muerto, yo vi como Ereter le clavaba su espada y el caía al suelo, pero estaba ahí, estaba. . . vivo

-¿Louis? Estas. .  .  estás vivo –el me sonrió todos estaban pendientes de mi reacción, a Alieth pareció molestarme la alegría que me provoco ver a ese muchacho.  Corrí hacia el y le abrace –Pensé que jamás volvería a verte

-Yo tambien pensé que no volvería a verte nunca Ciara. Pero aquí estoy con tigo, para luchar por nuestro pueblo, por tu pueblo –comencé a sentirme un poco mal, me maree y me tambalee pero Louis me agarro antes de que pudiera caer.

-Ciara –Claere se apresuro a mi lado y me ayudo a mantenerme en pie –creo que lo mejor es que te retires a descansar

Alieth parecía preocupado, rápidamente se había situado justo a mi lado

-Si creo que será lo mejor. Si me disculpan –sonreí a Louis y me despedí de todos, después me retire a mi habitación Estaba agotada y no tarde nada en quedarme dormida.

Estaba amaneciendo cuando me desperté, permanecí un poco en la cama, pensando en todo lo que me esperaba ese día. Hoy era el día.

-Buenos días niña –Claere entro con el desayuno -¿Cómo te encuentras?

-Bien, haz que dispongan mi uniforme y el sable por favor Claere –ella me miro con disgusto pero no discutió, supongo que sabía que nada me haría cambiar de opinión.

Me levante, desayune rápidamente y me puse el uniforme de mi padre, envaine su sable y salí al campamento. Todos me esperaban, cada tropa bestia su correspondiente uniforme y estaban alineados esperando mi llegada. Al frente se encontraban Orestes, Zircle, Alieth, Louis y Westbord. 

Cuando cabalgue hacia ellos me miraban atentamente, me situé en mi lugar, al frente justo entre Orestes y Zircle y desenvainando mi espada la levante en el aire e indique que era la hora de partir.

-¡A por la libertad! –todos vitorearon mis palabras y comenzamos a cabalgar

Llegamos al frente de batalla, nuestros enemigos estaban formados frente a nosotros, lo bastante cerca como para distinguir a Tronos y a Ereter.

Era el momento, la guerra comenzaba, pero no sentía miedo, estaba ahí por mi pueblo y sabia que ganaríamos.

En todo momento me sentí vigilada por Alieth, pero en lugar de molestarme me gustaba que el se preocupara por mi, quizás si me quería.

EvergreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora