---------------------------------------------------------Ciara----------------------------------------------------------------------
Me permitieron descansar esa tarde y cuando desperté me llamaron.
Mi padre me pidió que lo acompañara a una de las pequeñas casas de la aldea y lo seguí junto a otros dos hombres vestidos de uniforme.
Una vez dentro de la casa, nos sentamos alrededor de una vieja mesa que había en el centro de la habitación.
-Veras hija mía, soy consciente de que esto te será difícil de comprender y que te sentirás dolida por no haber conocido la verdad pero te aseguro que lo hice, que lo hicimos por tu bien –me estaba asustando, se le veía tan serio
-¿Papa que pasa? ¿Me estas asustando? –estaba muy nerviosa
-Te pido que me escuches en silencio por favor Ciara. –Mientras decía eso miraba serio a uno de los hombres que estaba sentado con nosotros y que le devolvía la mirada con complicidad –Veras hija, no me arrepiento de lo que hice y jamás lo haré, quizás debí haber actuado antes y haberte contado la verdad, pero pensaba que aun no estabas preparada. Cuando los Thiores te llevaron supe que ya era tarde y que teníamos que sacarte de ese campamento cuanto antes, porque tu eres la única salvación de este pueblo Ciara.
No comprendía de que me estaba hablando, pero no le interrumpí, permanecí en silencio escuchando como el me pidió
-Yo. . . yo no soy tu padre Ciara –Mis ojos se abrieron de par en par, pero antes de que pudiera preguntar mi padre prosiguió – Tu eres Ciara di Corse, de la casa real de Evergrene, princesa por sangre y por nacimiento. Tus padres eran Grefered y Elene di Corse, reyes de Evergrene.
-¿pero que estas diciendo? Eso eso no puede ser –no, yo solo era Ciara hija de Orestes, no podía ser una princesa
-Escúchame por favor La noche que atacaron el castillo, tu padre sabía que no tenían salida y te entrego a mi, me pidió que huyera con tigo y que te protegiera con mi vida. Tu madre me dijo que te criara como si fueras mi hija y que te educara para ser una buena reina, y en el momento en que viera que estabas preparada te contara todo y regresaras a tu lugar, como princesa, como reina.
-¡No! ¡No! ¡No! –no podía dejar de llorar -¡Eso no puede ser! Me estáis mintiendo, por favor papa, dime que es mentira
-Ciara, yo te quiero como si fueras mi hija –me abrazo –pero esto es la verdad. El pueblo ha estado esperando tu regreso, para recuperar su felicidad. Durante años, todos los soldados de la guardia real hemos estado preparando todo para tu regreso.
-Hemos protegido este secreto con nuestra vida –uno de los hombres me miraba con un brillo especial, mientras me hablaba con esperanza –Todo lo que hemos padecido estos años ha merecido la pena, solo por protegeros. Para que trajerais la esperanza a vuestro pueblo, que supieran que una di Corse seguía con vida y que reclamaba la libertad para su gente .
¿Había dicho que toda la guardia real estaba al corriente? Ahora lo entiendo, Irio, a eso se refería, por eso me miraba de esa manera ¿Pero que podía hacer yo ahora? Tenia que luchar, pero ¿luchar contra los Thiores? ¿Luchar contra Alieth? ¿contra Zircle?
