Capitulo 25

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No podía ser, esto no podía estar pasando. Se había puesto en lo peor en cuanto a lo que concernía a la princesa, pero esto le superaba, hasta su padre parecía impresionado.

No podía olvidar lo que había sentido caminando por los pasillos del palacio, observando los cuadros de los reyes, mas nervioso con cada paso.  Pero cuando entro en la habitación y vio a la princesa de espaldas le pareció una mujer segura de si misma, ni siquiera se giro hacia ellos, quizás los consideraba muy poca cosa.  Entonces todo ocurrió, tan rápido, cuando la vio girarse, Ciara, no, no podía ser, era ella, se veía hermosa, radiante, digna, como una autentica reina.  No supo que hacer ni como comportarse, solo observo la situación y la conversación de ella con Tronos y con su padre.  Dios habian sido engañados, habian caído como tontos en la trampa de Tronos.

Cuando su padre respondió que no participaría en la guerra, se confundió, ¿Por qué? Tronos debía recibir su merecido, pero comprendió que su padre estaba arto de luchar y no quería tomar ningún partido.  En ningún momento pudo quitar los ojos de Ciara, se veía tan sexy, pero ella ni siquiera le miro, tenia una mirada fría y se concentraba en Tronos, seguramente estaría llena de odio.

Cuando ya estaban en el campamento se reunieron en la tienda de su padre como siempre hacían, cuando había algo que debatir.

-Zircle escúcheme –Tronos parecía nervioso –eso...eso que dijo la princesa es mentira yo. . .

-¡estáis diciendo que ella miente! –enfurecí, desenvaine mi sable y le apunte al cuello

-Hijo –mi padre me miraba serio –No quiero saber nada mas en lo que concierne a esta guerra.  Os marchareis de mi campamento en dos horas y no quiero tener ningún contacto con vos, en cuanto a la lucha, ya dije que no tomaríamos partido en ella y sigo pensando lo mismo.  Liberaremos a nuestros esclavos y que sea lo que Dios quiera.

-¡No! ¡Somos guerreros! ¡Tenemos que luchar! –Ereter hablaba con rabia –Yo no me voy a acobardar por una simple muchachita, me da igual que sea la princesa. Durante años gobernamos estas tierras y no voy a dejar que nos las quiten ¡Yo lucho!

-¡Estas tierras no son nuestras! –su padre miraba a Ereter con seriedad –y esa muchachita, tiene a toda una guardia real junto a ella  y aun mas, tiene algo que tu no tendrás jamás hijo, gente dispuesta a morir por ella.

-¡Pues yo digo que lucho! ¡Y mis hombres con migo! –Ereter se giró hacia el rey Tronos y le hablo –Podéis contar con migo y con mis hombres, marcharemos con vos y montaremos el campamento en una de las aldeas desiertas que nos pertenecen

Dicho esto, salieron de la tienda y Ereter comenzó a ordenar a sus guerreros que prepararan todo al igual que Tronos.

-Padre ¿estáis bien? –Alieth vio como su padre se sentaba en una silla colocando la cabeza entre sus manos

-No hijo, no se que va a pasar ahora con nosotros.  Confió en la palabra de Ciara y si ella dice que todo será olvidado así será, pero yo no puedo olvidar que todo este tiempo hemos colaborado con el hombre que nos destruyo.

-Ciara, dios mío, la princesa padre –no pude aguantar mi rabia y golpee la silla en la que mi hermano había estado sentado, mi padre me observo -¡Su aldea, su gente! No lo entiendes padre,  destruimos todo, la secuestramos, la convertí en mi esclava, ella vivió en primera persona todo lo que hemos hecho a su pueblo ¿Realmente crees que pueda olvidarlo?

-Si, es una buena mujer, y una gran reina –se levanto y me puso la mano en el hombro –la cuestión es ¿podrás olvidar tu? ¿podrás olvidarte de ella? ¿podrás perdonarte lo que le hiciste?

-No lo se padre, no lo se –ni siquiera me miro, me ignoro, todo el tiempo que estuvimos en palacio, se comportaba tan, fría.  La perdí, no, jamás la tuve.

Ambos permanecimos en silencio, pensando, todo había cambiado, con solo la aparición de ella.

-Tendremos que solicitar un consejo de guerra con la princesa –Al oír eso de la boca de mi padre le mire...  confuso –Tu hermano, luchara, con guerreros Thiores, tendremos que informar a la princesa, no podemos dejar que piense que mentimos.

-Tienes razón, padre.  Podemos aprovechar esa reunión para liberar a los esclavos en el mismo campamento de su guardia real.

Mandamos un mensajero con una petición de consejo de guerra y con la noticia de que liberaríamos a los esclavos y los llevaríamos al campamento de su guardia real . La respuesta se hizo esperar, no tanto como la vez anterior, pero a nosotros se nos hizo eterna la espera.

Mañana, mañana volvería a verla, ni siquiera sabia como comportarme con ella.

-Señores –reuní a todo el campamento junto a la tienda de mi padre, guerreros y esclavos –Como bien saben la princesa de Evergrene ha regresado y reclama su trono.  Como muestra de buena fe por nuestra parte, todos los habitantes de estas tierras que fueron tomados como esclavos serán liberados.  Mañana en la mañana, a las diez, serán llevados al campamento de la guardia real y serán libres .

Todos los esclavos sonreían, algunos lloraban, jamás me había puesto a pensar que esa gente tenia una vida antes de ser capturados, familia que les estaría esperando o quizás familias que nosotros habíamos masacrado.

¿en que nos habíamos convertido?

EvergreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora