-------------------------------------------------------Ciara------------------------------------------------------------------------
Me desperté entre los brazos de Alieth, no recuerdo cuando exactamente pero me quede dormida anoche esperándole, ni siquiera me di cuenta cuando llego.
Estos días estaban siendo los mas felices de mi vida, estaba junto al hombre que amaba y el me amaba a mi. Me quede tumbada junto a el mirando como dormía, y preguntándome que seria de nosotros, ¿Qué futuro nos esperaba?
-¿me estas observando dormir? –oí su voz, me había perdido en mis propios pensamientos mientras le miraba
-¿Acaso no puedo? –le sonreí, no pude evitarlo, me encanta como me mira
-Por supuesto que puedes, soy todo tuyo preciosa –y me atrajo hacia el con sus brazos y me beso
-Disculpe señor, todo esta prácticamente listo –uno de los soldados reclamaba la atención de alieth desde la entrada de la tienda
-Ya voy –me miro con tristeza ante la situación que se presentaba –Debo irme preciosa, tardaremos en llegar a la aldea de Vitrie y debemos llegar antes de que anochezca –se levanto y comenzó a vestirse
-¿La aldea de Vitrie? -¿Por qué tendrían que ir tan lejos? ¿No seria que pensaban atacar esa pequeña aldea? No, no podía ser, Alieth no podía cometer ese acto tan deshonroso, pero, ya lo había hecho antes, con su aldea
-Si, debemos tomarla esta noche, tenemos noticias de que algunos rebeldes se esconden allí –Se me partió el alma al oírle hablar de tomar una aldea como si de un simple trozo de tierra se tratara, allí había niños, mujeres
-Vais a atacar esa pequeña aldea –no pude evitar que el horror se mostrara en mi mirada y el se dio cuenta
-Es nuestra forma de actuar Ciara –se acerco a mi para tratar de abrazarme pero evite sus brazos –ya deberías saberlo
-Tienes razón, debería recordar quien eres y no olvidar lo que hacéis –me enfurecí demasiado ante la idea de ver a Alieth como un simple guerrero, un asesino y salí de la tienda sin siquiera mirarle a la cara. Estaba demasiado dolida, no podía verle a los ojos.
Me apresure a salir del campamento, hacia el bosque, necesitaba pensar, no podía sacarme de la cabeza las palabras de Alieth (es nuestra forma de actuar) su forma de actuar. Por mas que tratara de ignorarlo el era un Thiore, un guerrero que asaltaba aldeas, destruía casas, asesinaba a gente y esclavizaba.
Pase un buen rato en el bosque, tratando de sacar esos pensamientos de mi cabeza.
Regrese al campamento, debía curar la herida de Zircle, así que entre en la tienda en busca de los ungüentos y una vez los tuve en mis manos me dirigí en su busca.
-¿Zircle? Vengo a curarle la herida –el estaba sentado en su escritorio y me miraba sonriendo, pero su sonrisa se desvaneció al verme la cara
-Pasa Ciara, ¿estas bien? Pareces triste muchacha –supongo que la tristeza que tenia en mi interior era imposible de disimular, pero trate de hacerlo
-No, estoy bien, como siempre –no me atreví a mirarle a los ojos, estaba segura de que el no me creía
-Me estas mintiendo niña ¿acaso estas enferma? –me toco la cara con su mano para obligarme a mirarle a los ojos –no, no es eso. Estas triste ¿Qué ocurre? No me gusta que una joven tan hermosa luzca tal tristeza
-Es solo que. . . Olvide donde estaba y con quien –pareció entender mis palabras porque asintió ante mi respuesta
-Ya comprendo, sabes que mis guerreros partieron a tomar una nueva aldea, la de Vitrie ¿es eso, verdad? – no me atreví a responder, simplemente baje la cabeza y me concentre a curarle la herida
-Ah muchacha, es nuestra naturaleza, somos guerreros y no tenemos otra forma de mantener nuestra vida –parecía triste ante sus propias palabras
-No, no es cierto –me levante había acabado con la cura y no estaba dispuesta a salir de la tienda sin decirle lo que realmente pensaba –sois guerreros de sangre, pero para defender no para castigar. Comprendo el odio y el dolor que causo este pueblo a ti y a tus guerreros, pero estáis llevando esto demasiado lejos. Ni siquiera os ven ya como guerreros, sino como salteadores, asesinos que azotan estas tierras y que destruyen todo a su paso.
Zircle se quedo callado ante mis palabras, en su cara se mostraba el enfado que sentía, pero en sus ojos se veía tristeza.
Salí de la tienda, estaba demasiado enfadada para permanecer allí, incluso olvide el ungüento, pero no me importo necesitaba estar sola.
Entre en la tienda de Alieth, no había nadie, seguramente ya habría partido hacia Vitrie, mejor, no tenia valor para enfrentarlo, no ahora.
-Muchacha –oí una voz conocida en la entrada y me gire para ver quien era, Irio, amigo de mi padre, que perteneció a la guardia real al igual que Orestes hizo, el la miraba con precaución pero al mismo tiempo con admiración, de una forma que ella no sabia explicar –Oí lo que le dijiste a Zircle
Permanecí callada, mirándole, parecía orgulloso de lo que yo había hecho, pero yo sentía vergüenza de que alguien mas hubiera oído la conversación
-Disculpa no era mi intención indisponerte –supongo que se dio cuenta de mi nerviosismo –Honras tu estirpe muchacha. Por tus venas corre la sangre de tus padres no hay ninguna duda. Pero ten cuidado, Zircle no deja de ser un Thiore y su odio por tu pueblo permanece en lo mas profundo de su corazón.
Dicho esto salio de la tienda rápidamente, sin permitirme hablarle, ¿a que venia eso? ¿la sangre de mis padres? ¿dijo mi pueblo? Será nuestro pueblo, aunque no éramos de la misma aldea ambos éramos habitantes del reino de Evergrene
Todo era demasiado confuso y comenzó a dolerle la cabeza, decidió acostarse y descansar un poco, después de comer algo de fruta. Ese día estaba resultando demasiado pesado y quería dejar de dar vueltas a las cosas.