Capitulo 31

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No paraba de pensar en Ciara, en el peligro que podía correr en aquella batalla, no dejaba de mirarla, su expresión era altiva y en sus ojos se veía la convicción de la victoria.

Todo estaba listo, estábamos en el frente y la batalla iba a comenzar, el momento que tanto temía había llegado. Todo fue tan rápido, sin darme cuenta estaba enzarzado en una lucha, mientras no paraba de buscar a Ciara con la mirada.

Los gritos de los guerreros se oían por todos lados, allá a donde mirara solo veía  lucha, hombres golpeándose y atacándose con sus espadas.  Los tiros de las armas se oían por todos lados y eso me desconcentro, pensando que alguna de las balas pudiera darle a ella,  una espada me atravesó el costado. Me volví y derribe a aquel que me había herido y entonces la vi. 

Luchaba con dos Thiores al mismo tiempo, pero se defendía perfectamente, realmente era una gran guerrera.

El tiempo pasaba demasiado deprisa, derribo a tantos enemigos como pudo, siempre tratando de no matar a nadie.  Perdió de vista un momento a Ciara y ya no la volvió a encontrar, no sabia donde estaba y eso me ponía realmente nervioso.

-¡Ciara! –la llame tratando de alzar la voz sobre todo el ruido, mientras luchaba con un Thiore

-¡No la veo! ¡Donde esta! –Mi padre estaba junto a mi, tambien se le veía nervioso, miraba hacia todos lados -¡Orestes!

Corrió hacia donde Orestes estaba, uno de los soldados de Tronos iba a atacarle por la espalda y el lo derribo antes de que pudiera herirle.

Durante el resto de la batalla, permanecimos buscando a Ciara, incluso Louis que se dio cuenta de que la buscábamos, la llamaba mientras luchaba ¿Y si algo le había pasado? No, no podía perderla, ni a ella, ni a mi hijo.

La batalla acabo. Caminábamos entre los heridos, nuestros soldados ayudaban a apartar a nuestros hombres del campo, Orestes, Westbord, Louis, mi padre y yo, buscábamos a Ciara desesperadamente, no aparecía por ningún lugar

Incluso mirábamos entre los heridos temiendo que algo le hubiera pasado.

-No debí dejar que participara en la batalla –Orestes se lamentaba mientras buscaba desesperado

-Es muy testaruda –mi padre trato de calmarle –pero es una gran guerrera, estoy seguro de que estará bien

Los revelados contra el reino que aun estaban vivos permanecían atados y custodiados por guardias, entre ellos Tronos y Ereter

-¡Que pasa hermanito! ¡¿No encuentras a tu princesa?! –Ereter se burlaba de el, y por la expresión de su rostro el sabia algo

Se dirigió hacia el rabioso como nunca estaba dispuesto a sacarle lo que supiera a golpes, pero su padre se adelanto

-¡Dime ahora mismo donde esta Ereter! –Zircle coloco su espada sobre el cuello de su hijo, le estaba amenazando. Todos parecieron sorprendidos

-¿Serás capaz de matarme por ella? –Ereter miro desafiante a su padre-Yo soy tu hijo, ella no es nadie

-Ella lleva a mi nieto en su vientre –Su padre parecía orgulloso de que Ciara fuera a darle un nieto.

-Eso, si sigue viva –dijo Ereter entre dientes. No, ciara no podía estar muerta.

-¡Ciara! ¡Hija! –Orestes gritaba mirando hacia el horizonte, desde donde ella venia cabalgando a galope.  Conforme se acercaba observe que traía a alguien con ella, por el tamaño debía de ser un niño.

Todos corrimos hacia ella, temíamos que estuviera herida.  Cuando llego a nuestra altura descendió de su caballo y después bajo a la niña, Brenta, la pequeña Brenta iba con ella ¿Qué era lo que estaba pasando?

Sin decirnos nada, Ciara camino directamente hacia donde mi hermano se encontraba y acercándose con una mirada de odio le golpeo dos veces dejándolo tirado en la tierra.  Después desenvaino su sable y se lo situó en el cuello.

-¡Dame una razón para no degollarte aquí mismo! –lo miraba con odio, estaba furiosa, todos observamos con la boca abierta

-¡¿Cómo diablos?! ¡No as podido hacerlo tu sola! –Ereter parecía confuso y a la vez enfadado

-Tengo mas apoyo del que creías –Ciara sonrió, envaino su espada y subió de nuevo a su caballo –Regresemos a palacio

Ya en el Campamento, Ciara desmonto de su caballo y Claere corrió a abrazarla

-Cielo, mi niña ¿estas bien? –Claere no podía dejar de llorar

-Si Claere no te preocupes estoy bien –Ciara se giro hacia mi, que llevaba a Brenta en brazos y se acerco para cocerla, dio la sensación de que fuéramos una hermosa familia –Brenta, ¿quieres ver a mama?

-Ereter me dijo que no volvería a verla, que estaba muerta –la pequeña miraba a Ciara con los ojos llorosos

-No cariño, tu mama esta bien y en unos momentos, nuestros...  héroes –sonrió e indicó con la mano la puerta de la entrada del campamento –la traerán de vuelta

Todos nos preguntábamos que era lo que estaba pasando, todo era demasiado confuso, cuando unos jinetes entraron por las puertas del campamento.

-¡Brenta! ¡Mi pequeña! –una mujer corrió hacia la niña y la abrazo, Ciara se dirigió a los jinetes

-Estoy en deuda con vos –se dirigió al que parecía ser el jefe

-Yo no diría tanto, sola libraste la autentica batalla -¿de que diablos estaban hablando? –Confió en que todo lo ocurrido quede entre vos y yo

-Mis labios están sellados –Ciara se giro y se dirigió a palacio, pero se paro y sonrió –Desgraciadamente nunca hay justicia completa

-Desgraciadamente la vida nunca es justa majestad y creo que vos misma lo habéis comprobado –el jinete pareció pensativo –Hasta nunca    

Dicho esto el jinete miro a sus hombres  y todos salieron del campamento

Todos preguntamos a Ciara que era lo que estaba pasando, pero ella solo sonrió y camino hacia palacio

EvergreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora