Capítulo 52: Espera

11.2K 929 246
                                    

Corrí por los pasillos del hospital con mi hijo aferrándose a mí en mis brazos. Los dos con la misma expresión de pánico reflejada en nuestros similares rostros, aun no se lo había dicho pero probablemente él ya sabía que algo andaba mal. En especial porque cuando por fin reaccione, lo tome en brazos y salimos casi corriendo del apartamento en dirección al hospital.

Visualice a nuestros dos amigos sentados en unas sillas y a la abuela de Louis parada, caminando de un lado al otro. Se detuvo en seco cuando me vio.

-¿Qué hace el aquí? -Pregunto con enfado -¡¿Como puedes traerlo en un momento así?! -Exclamo plantándose frente a mí.

-¿Qué se supone que debía hacer? -Pregunte con el mismo tono -¿Abandonarlo en la casa mientras venia aquí?

-Está bien, Sabine -Intervino la castaña -Yo le dije que lo trajera por si acaso.

La mujer abrió la boca pero la cerro nuevamente, sin nada que decir al respecto.

-¿Les informaron de algo? -Le pregunte a Alya con seriedad.

-No, llamaron a Sabine hace algunas horas para informarles que Marinette había entrado en un paro respiratorio -Explico abrazándose a sí misma, sus ojos se dirigieron a Louis quien no entendía que significaba aquello -Hola pulguita -Le susurro cambiando de tema para borrarle el rostro preocupado -¿No quieres ir a dar un paseo con tu tío Nino? -Ella extendió los brazos pero el niño se aferró más a mí.

-No -Respondió con enfado –Quiero ver a mi mama.

-Y pronto lo harás -Alya me miro con preocupación -¿Qué tal si tu padre te lleva a comer algo mientras nosotros esperamos?

-¿Estas loca? -Fruncí el ceño con irritación -No pienso moverme de aquí.

-Piensa en el niño -Susurro con seriedad -No sé qué es lo que podría llegar a decir el doctor cuando salga de allí.

Me frote el rostro con la mano libre y solté un suspiro resignado. Ella tenía razón, debía pensar en el bienestar de Louis antes que nada.

-Bien... -Murmure y vi como el rubio me miraba con enfado -No pongas esa cara, solo iremos a la comedor del hospital. Si algo sucede solo estamos a dos pasos, ¿Si? -Explique con calma.

El asintió y aparto su mirada de la mía con brusquedad, su terquedad era tan grande como la de su madre pero a la vez era bastante razonable con los demás.

(...)

Suspire y me deje caer en la silla, el café de ese lugar era terriblemente asqueroso pero no me quedaba de otra. Louis siquiera había tocado el brownie y solo se enfocaba en beber de la tercera cajita de jugo que tenía entre sus manos, con la mirada completamente perdida. Mire la hora en la pantalla de mi celular, ya casi había pasado una hora desde que llegamos y no habíamos tenido noticias.

Deje caer la cabeza entre mis manos y solté un quejido bajo, la presión me estaba matando.

Levante la vista al oír que una de las sillas de la mesa estaba siendo arrastrada, y como si fuera poco, el hombre al que menos quería ver en este momento se sentó junto a nosotros.

-¿Qué haces aquí? -Pregunte volviendo a ocultar mi rostro, sin nada de fuerza en la voz.

-Nathalie me informo del problema -Hablo con calma.

Lo mire con una ceja en alto, sin mucho interés en su respuesta ya probablemente tenía algún peón dentro del hospital que le informase si algo sucedía.

-¿Y viniste por...? -Espere a que respondiera.

-Porque me preocupas -Fingí un "Oh" mudo como si me interesara su preocupación -Adrien, te hablo enserio.

Dura Soledad - MariChatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora