Capítulo 22: Avergonzado

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-Adrien, acaso te vaciaste un frasco entero de perfume encima? -Preguntó Nino acercándose.

El rubio solo se enrojecio mas de lo que ya estaba y se peino el cabello húmedo hacía atras como yo había peinado a Louis hace rato.

-Realmente ella te dro...-Lo interrumpió rápidamente.

-Luego te cuento -Le respondió serio -Vamos a tener que llamar a Feraud -Alya abrió mucho los ojos al igual que Nino pero yo seguía sin comprender.

-Dios, quien te hizo enojar tanto como para enviarle a ese ogro sediento de sangre? -Dijo Alya queriendo sonar graciosa aunque su voz se notaba el miedo y la preocupación.

-Feraud? -Pregunté y todos me miraron excepto Adrien.

-Es el mejor abogado penalista del país, casualmente es uno de los abogados de los Agreste -Murmuró Alya tomándome la mano, tal vez ella ya había pensado lo mismo que yo.

-Ganó cada demanda que los Agreste hicieron a lo largo de los años -Agregó Nino poniéndole una mano en el hombro a su amigo.

Apreté a Louis contra mi en cuanto se acerco, si dicen que su abogado jamas perdió un caso...
Y si de esto se trataba todo? Y si ya conocía las raíces de Louis? Tal vez se enteró que él es su padre, por eso no debía querer siquiera mirarme. Si tenia que salir corriendo en este momento con mi hijo lo haría... Pero a la vez estaría siendo injusta con Adrien, él es su hijo también.

-Y a que se debe tanta seriedad? -Preguntó Félix mientras dejaba una olla sobre la mesa del comedor.

Adrien rápidamente le dio una mirada desagradable, como si él le hubiera hecho algo terrible. Nino y él se alejaron juntos y se pusieron a hablar en voz baja.

-Mari, esto tiene mala pinta -Susurro Alya tomándome la muñeca -Nunca vi a Adrien tan serio...parece que paso algo realmente malo. Crees que pudo haberse enterado sobre ese asunto?

Me temblaban las manos y lo unico que podía hacer para mantenerlas quietas era tirar del dobladillo de mi blusa.
Estabamos separados dos en cada esquina de la sala hablando por lo bajo y en medió, en la mesa, se encontraban Félix y Louis.

-Se que es de mala educación interrumpir una conversación tan intima de damas pero se enfría la comida -Dijo Félix sonriendo amargadamente -Lo mismo para ustedes dos -Antes de poder siquiera sentarme él me sujeto del brazo -Que sucede? -Me encogí de hombros preocupada.

-Viejo, esta vez no creó que te sea muy útil traer a Feraud -Murmuró en voz baja el morocho -Si lo que me cuentas es verdad entonces ella te tiene una muy buena preparada, además ella siempre estuvo enamorada de ti en la escuela, tal vez solo debas ser un poco más relajado. Si pierdes la cabeza durante el juicio podría ser peor y...-Alya golpeó la mesa, interrumpiendo su conversación, y se puso de pié.

-Si tienen algo de lo que hablar entonces diganlo en voz alta! -Miro a su novio con los ojos entrecerrados -Nos estan asustando.

Pareció un minuto eterno en el que nadie decía nada hasta que por fin Adrien abrió la boca.

-No podemos hablar mientras Louis y este sujeto esten aquí -Dijo señalando a Félix.

-Que pena, ni siquiera me interesa tus estúpidos asuntos -Respondió sin interés Félix.

-Eso! A nadie le importan tus estúpidos asuntos -Repitió Louis parándose en su silla, ofendido por el comentario de Adrien.

Los dos rubios lo miraron con el seño fruncido.

-No digas malas palabras, Louis -Dijeron al uniso y luego se miraron con mas enfado en sus ojos.

-No le digas que hacer -Advirtió Félix -Y tu, apoya tu trasero en esa silla -Dijo ahora mirando a Louis que se sentó rápidamente.

Dura Soledad - MariChatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora