Capitulo 24: La trampa

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Primero pasaron diez minutos, luego veinte y cuando se convirtieron en treinta me puse de pie y camine hacia la puerta, que les estaba llevando tanto tiempo?.

Empuje la puerta con cautela y los vi demasiado cerca uno del otro...no de manera "acaramelada" sino que Adrien estaba aprovechando de esos cuantos centímetros de diferencia con Lila y la miraba desde arriba obligandola a levantar su cabeza casi del todo para verlo. El la miraba con odio y desdén pero ella solo le sonreía a medias y tenía sus brazos cruzados, como si Adrien no le intimidara en lo más mínimo. Hasta a mi me sacó de mis cabales verla sonreír tan descaradamente, tanto que camine hacia ella y, sujetando su brazo fuertemente sobre las marcas moradas, la jale hacia atrás.

Pareció que los tome por sorpresa porque ambos cambiaron su expresión al verme, que bien seguramente habían olvidado que yo estaba allí.

-Quien eres tu para tocarme -Me gritó soltando su brazo de mi mano con un sacudón fuerte.

-Oh, perdón -Respondí poniendo el mismo tono dulce con el que nos había hablado desde que llegamos -Es que como dejas que todo el mundo te meta mano creí que no te molestaría.

Mi insulto fue directo a su blanco porque su bello rostro se tiño de rojo tal vez por vergüenza o tal vez de ira, a fin de cuentas no me interesaba saberlo.

-Mira quien lo dice! Una zorra cualquiera que ni siquiera sabe quién es el padre de su hijo. Pobre pequeño, tener genes de un ser tan inmundo como lo eres tú -Creo que su comentario me dejo torpe por unos segundos porque sonrió complacida como si me hubiera afectado.

Solté una risa forzada y la mire como si estuviera mirando a Louis cuando dice algo adorablemente tonto.

-Ese es tu mejor golpe? Meterte con mi niño? -A pesar de que era varios centímetros más alta me le plante delante y borre mi sonrisa -Tal vez yo sea una zorra cualquiera, Lila, pero almenos tengo el amor de varias personas y sobre todo, no necesito drogar y amenazar a un hombre para que me preste atención como t...

Antes de que lograra terminar su mano impactó mi mejilla y pareció que los tres quedamos en shock. Tal vez Adrien pensó que le devolvería el golpe porque caminó apresuradamente y me separo unos centímetros de ella.

-Ya veo que necesitas a un perrito faldero detrás de ti para que salga a ladrar cuando estas en aprietos -Aleje las manos de Adrien y quede frente a ella aunque con unos cuantos centímetros de distancia.

-Yo no necesito que nadie me defienda -Respondí de manera cortante, ya harta de la situación -Sobre todo porque yo puedo controlarme y cuando me sueltan la verdad en mi cara no soy tan cobarde como para responder con un golpe demostrando lo acertado que fue aquel comentario. Deberías aprender a enfrentar mejor las situaciones, Lila.

Note como su mano se cerró en un puño y casi como si fuera en cámara lenta lo vi dirigirse a mi rostro. Tal vez fue mis años como Ladybug, que me habían desarrollado los reflejos o tal vez por la adrenalina que corría desenfrenadamente dentro mío lo que me hizo ver el golpe y esquivarlo a tiempo.
Esquive ese golpe y dos más que le siguieron antes de que Adrien le sujetara las manos mientras le gritaba que se calmara. Habían salido unas cuantas personas de la cafetería y otras tantas se habían parado a observar la situación.

-Vámonos -Le susurré al rubio mientras pasaba una mano por su brazo que estaba tieso como una pared -Déjala, no vale nuestro tiempo.

La soltó unos segundos después sin dejarla se mirar fijamente, sin siquiera parpadear.

-Ya hable con mi abogado -Le dijo de la manera más fría que jamás escuche salir de su boca -Puedes decir que yo te agredí, que te drogue,  que abuse de ti pero no voy a caer en tus amenazas.

Dura Soledad - MariChatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora