Capítulo 53: Ultimo Adios

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"Una infección respiratoria que llevaba casi un mes desarrollándose, no la habían captado hasta que Marinette tuvo un paro en la noche" Había dicho entre llantos y gemidos de dolor, captando la atención de todos en la sala.

La noticia había sido una bomba para mí, no solo por el hecho de que hoy probablemente perdería a la única mujer que realmente había amado en toda mi vida, aquella mujer que sin saberlo había convertido la triste y solitaria vida de un adolescente en una vida llena de emociones... Sin contar todos esos días en los que éramos Chat Noir y Ladybug.

Un temblor me sacudió al darme cuenta de que jamás le podría decir que yo era Chat, nunca sabría quién fue el que la amo todo este tiempo... Jamás podría disculparme por lo que hice, no podríamos hablar sobre su hijo. Nuestro hijo. Otro temblor más, ¿Cómo le diría al pequeño que su madre tal vez no lograra llegar al día de mañana?

-¿Adrien? -No me atreví a levantar mi rostro de mis manos, no sabía con exactitud si estaba llorando.

Sentí a mi padre sentarse a mi lado, no dijo nada en un largo rato simplemente se quedó allí.

-¿Por qué tuviste que hacerle esto? -Murmure con una voz quebrada, cargada de odio -¿No veías lo asustada que estaba?¿Tan poco te importo que ella fuera la madre de tu propio nieto?¿Tan insignificante era para ti lo que yo sentía por ella como para obligarla a arriesgar todo?

No lo mire, no hacía falta, con la rabia con las que mis palabras salían ya era más que suficiente para hacerlo sentir terrible... Si es que eso era posible.

-Se que hice cosas horrendas -Comenzó lentamente -Creo que más que nada era mi odio hacia ella lo que me provocaba hacerla sufrir... Por un minuto sentía que si la amenazaba con quitarle al niño entonces ella sabría lo doloroso que es que alguien a quien amas sea apartado de ti -Soltó un suspiro antes de continuar -Quería que se sintiera como yo me sentía en aquellas épocas en las que ella solo era una niña... Una niña que no comprendía nada del amor, que jamás comprendería mi necesidad por traer de regreso a la persona a la que más amas.

-Papa... -Advertí separando las manos de mi rostro -No podías regresar a Mama -Asintió lentamente mientras miraba sus propias manos

-Pero lo entiendes -Susurró y mi rabia se desvaneció como un chasquido con solo caer en la cuenta de que realmente sabia lo que el sentía -Lo doloroso que es perder a ese alguien... Y como si fuera poco, tener que verla reflejada en el niño que tuvieron -Cada palabra se filtraba dentro mío, entendía a la perfección ese horroroso sentimiento -Verlo sufrir a él tambien... -Su voz tembló y, a pesar del enfado que sentía hacia él acabé por ponerle una mano en el hombro -Lo siento, Adrien -Se encogió en su lugar con la cara oculta en sus manos -Lo siento tanto, no quería que acabases como yo.

No podía negarle que era su culpa pero tampoco me atrevía a decir algo que lo hiciera mas miserable de lo que ya era... No cuando acababa de descubrir lo similares que eramos, de ese tipo de dolor que ahora ambos comprendíamos tan bien.

(...)

El sol ya se había ocultado y yo seguía sentado en esa silla con las extremidades heladas y rígidas por la cantidad de horas en las que permanecieron inmóviles.

-Adrien... -Gire mi rostro a la castaña mientras observaba como cerraba la puerta de la habitación -Deberías entrar...

Si, debería de hacerlo pero el simple hecho de pensar en ingresar allí y verla, probablemente, por última vez me revolvía el estómago. Ya iban seis horas desde que nos dieron permiso de ingresar a su habitación... Para "dejar las cosas en claro" como habían dicho los doctores debido a que Louis estaba presente en ese instante.
El pequeño había sido el primero en ingresar junto con su abuela y ambos salieron llorando desconsolados, pero al menos ya tendrían todo en orden en caso de que nos dieran alguna noticia trágica dentro de las siguientes horas.

Dura Soledad - MariChatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora