Sin azul (SR #3) [BL]

27. "Desbloqueado: máquina de guerra"

Bradley...eliminado.
Eyre...eliminada.
Stevie...eliminada.
Danissa...paradero desconocido.
Erik...eliminado.
Asier...abandono.
Gregorio...abandono.
Benjamín...abandono.
Samir...abandono.
Andrea...abandono.
Lucas...abandono.
Iván...abandono.

Jake...fallido.
Elmer...fallido.
Alison...fallido.

- 14 de 17 ya no son ningún peligro, señor Zambrano - dejó claro Neon depositando los informes correspondientes sobre el escritorio de Ramón.

Ramón estaba fumando con los ojos cerrados recostado sobre su asiento de manera confiada. Echaba el humo lentamente por una de las comisuras de sus voluminosos labios.
Entonces adoptó una posición más erguida a su ritmo y se acercó un poco más a la mesa dejando el cigarrillo en el cenicero. Tomó lentamente algunas fotografías que había junto a los informes.

- Dices que 3 siguen siendo una amenaza - le dio la vuelta a las palabras de Neon -. No son muy buenas noticias.

- Lo siento, no tengo nada más - se disculpó Neon.

Ramón sonrió levemente con las imágenes entre manos y añadió.

- Me ha gustado el detalle de la tarjeta que dejaste. Asier no tiene posibilidades de aliarse con Gregorio ahora, aunque es una pena haber perdido a su doble. Era realmente idéntico.

Neon permaneció en silencio con las manos a la espalda y la mirada al frente.

- Erik...tiene un gran talento para combates de tiro - continuó el superior -. Muerto o no, hiciste bien en deshacerte de sus brazos.

Ese tipo de conversaciones ya no le afectaban de ninguna forma al joven Neon. Si su corazón pudiera definirse con un solo color sería definitivamente el color azul.
Frío.
Destrozado.
Abandonado.
Inhumano.

- ¿Cuáles son sus órdenes ahora, señor? - preguntó en el mismo tono monótono de voz.

Ramón sonrió y repasó una última vez algunas de las fotografías que tenía entre manos.

- Recuérdale a Gregorio que es una máquina de matar.

Ahora que Greg también lo había perdido todo, los dos aprendices eran el mismo objeto para Ramón.
Un arma.

Escogió una imagen y la colocó sobre el escritorio indicando a su próxima víctima.

- Y...acaba con él. Es el mayor obstáculo.

En la imagen se reflejaba el rostro de Elmer captado desde distintos ángulos. Aquel era su último objetivo.

*****

- Vamos Jake, date prisa que llegas tarde al colegio - Elmer le hizo la mochila e intentaba agilizar al chico que estaba luchando con las cordoneras de sus zapatos.

Hugo recogió el material que necesitaba para ir a clase y se dispuso a vestirse de forma discreta.

- Elmer, querido, que no sabe atarse los cordones - exclamó desde su habitación mientras se miraba en el espejo -. Ayúdale, anda.

- Pero si le enseñado la última vez, está fingiendo - le respondió devolviendo el grito -. Jake, dile a Hugo que sí sabes.

El pequeño hizo un ovillo con los cordones y los metió a los laterales de sus zapatillas.

- ¡Lo he hecho, Hugo!

Miró cómplice a Elmer quien le chocó los cinco.

- Cuando vuelvas te enseñaré a desatar ovillos, campeón. Ahora levanta, que Hugo se va a enfadar - le ayudó a abandonar el suelo y a colocarse correctamente la mochila.