Dark Clues (terminada)

17 ✏ Dinner with the enemy?

[Mini explicación] Borré "My World" ya que había olvidado un gran detalle que hacía a la historia, así que aca está el verdadero capítulo 17. 

Capítulo 17 (¿Cenando con el enemigo?)

Narra Grace.

Jared saltó la medianera mientras yo salía al patio trasero. Mamá no estaba, y Luke vendría para cenar con su nueva novia. 

—Hey— sonrei mientras me acercaba a él, y él se palmeaba los vaqueros para sacar el polvo. Me miró y mordí mi labio inferior. Quería reprimir las ganas de besarlo para no parecer deseperada ¡por dios! 

—Hey, ¿alguien te dijo que eres bellísima?— se acercó y apoyó su mano sobre mi hombro. 

—Hm, no ¿conoces a alguien que piense así? me gustaría conocerlo 

—Mira, está en frente tuyo, muy cerca— dió otro paso y sus labios estaban a milímetros— te quiere besar. 

—Que me bese— respondí sobre sus labios. Jared acomodó su cabeza pero me corrí— espera,¿ no crees que algo falta? 

Frunció el entrecejo e intentó descifrar mi picardía. 

—Para besar debes sujetarme la cintura— acomodé sus manos sobre mi remera— debes cargarme. 

Jared sonrió, negó con la cabeza y me dio un corto beso. 

—Salta— me ordenó. 

Mis pies se separaron del suelo y sus manos me presionaron y enrollé mis piernas alrededor de su cintura. 

—Bésame— le supliqué, y con cierta sed, encajó su boca con la mía. 

—Un día entero y te extrañaba— confesó mientras sus manos se posicionaban ahora sobre mi cabello y volvía a besarme. No quería separarme de él, porque yo también lo había extrañado. 

—Jared te quiero— susurré entre cortos besos. 

—Te quiero demasiado, muchísimo— sujeté mis manos sobre sus hombros y me bajé. Él presionó su cadera contra mi vientre y volvió a besarme, pero con un frenesí desesperado. 

¡Cómo lo necesitaba!

Se separó de mí y entrelazamos nuestras manos. Todo parecía ser tan perfecto que temía que algo sucediera en el medio. Estaba nerviosa, y no sabía por qué. 

—¿Es loco, no? Te deseaba pero con ojos ciegos, ahora estas conmigo y soy el hombre mas felíz del mundo— acarició mi mano mientras caminabamos alrededor del jardín.

—No es loco, es predescible. Correspondientes, misma universidad, amistades en común y una larga lista. Estábamos destinados, supongo— hinqué mi hombro a la par que le daba un beso en la mejilla.